(POV Georgiana) Los paramédicos debían hacer su trabajo, y yo no podía permitir que perdieran un solo segundo. Sabiendo lo testarudo que sería Loid, acepté su ofrecimiento. —Está bien, iré contigo, pero suelta mi brazo. Mientras entraba en el asiento de copiloto, la ambulancia se alejó, yendo nosotros detrás de este. —Debo llamar a su familia —dije, sacando mi celular, pero la mano de Loid me detuvo—. ¿Qué haces? Debo llamar a la hija de mi abogado. —Mejor espera a que lleguemos al hospital, y que todo esté en calma. —Pero… —Si esa persona se entera que su padre está herido y que aún no ha sido atendido en el hospital, podría entrar en pánico, lo mejor es darle el aviso, cuando el peligro haya pasado. Quizás Loid tenía razón, o no, pero estando en el lugar del familiar, yo entrar