—Listo —dije, después de terminar de dar por aprobado el inicio a la construcción del gran proyecto del señor Grecco.
Habían pasado exactamente cinco días desde que decidí dejar el pasado atrás, y sinceramente puedo decir que fue la mejor opción. Loid y yo hacemos lo que debimos hacer desde un principio, conocernos. No es mucho tiempo, pero tratamos de aprovecharlo al máximo. Con cada paso que damos, siento que estoy con un hombre que jamás había visto. No imaginaba lo consentidor que podría ser, y lo detallista que era, dándome un obsequio en cada uno de nuestros encuentros.
Siendo honesta, los lujos jamás me llamaron la atención, pero el sentimiento que escondía era lo que gritaba en mi pecho, y este día tampoco sería la excepción.
—¿Loid? P-pero… —me sorprendió con un beso, cuando s
