ZANE
No me gustó el tono de voz con que Nelson le habló a Chantal.
No era una niña y ella merecía que la trataran con respeto. La negociación no había salido mal como para que la trataran de esa manera.
Tenía que ser diplomático antes de que fuera yo el que me cargara la joint venture porque me pateaba las bolas que le hablaran así a ella. Respiré profundo antes de intervenir.
Chantal se quedó parada en la entrada, antes de dar un paso más hacia la mesa de juntas, donde todos estaban viendo el espectáculo, incluidos algunos jefes de mis departamentos, que tenían que estar presentes para saber como iba la colaboración.
Estaba hasta los cojones de indignación.
— No entiendo a qué se refiere, señor Docherty —. Guardó la calma. Yo en su lugar les habría metido el acuerdo por el cu**
