Capítulo 16 Durante los siguientes meses, mi vida en la isla cae en una especie de rutina. Cuando Julian está, mi mundo gira en torno a él. Su estado de ánimo, necesidades y deseos determinan mis días y mis noches. Es un amante imprevisible, un día es amable y al siguiente, cruel. Y algunas veces es una mezcla de los dos, una combinación que me resulta especialmente abrumadora. Entiendo lo que hace conmigo, sin embargo, que lo entienda no lo hace menos real. Me está enseñando a asociar el dolor con el placer, a disfrutar de cualquier cosa que quiera hacerme, sin importar lo impactante o pervertido que sea. Y, al final, siempre esa ternura desconcertante. Me pone del revés y me destroza para después recomponerme de nuevo, todo en el transcurso de una noche. Y sus enseñanzas funcionan. Ah