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Atlas entendía que los Westborn eran una familia unida, por lo que veía normal cenar de vez en cuando con los papás de Ralph o con sus abuelos. Le quedaba claro que había obligaciones familiares a las que no podía fallar, como las noches con primos y hermanos, pero cuando su marido insistía en invitar a su familia, de verdad que no entendía su necesidad de m********o. En medio de su programa le preguntan: —¿Cuál fue tu última discusión con tu pareja? —Ralph y yo nunca discutimos —responde en tono irónico y sus compañeras ríen—. Randolph es muy familiar. —¿Y te molesta que nos quiera? —pregunta su prima. —Adoro que los ame, es una cualidad preciosa. Lo que pasa es que yo no tengo que querer ver a mis hermanos tanto o invitarlos a tantas cosas. Estoy bien sin invitarlos, y mis hermanos