En los brazos del CEO enemigo

En los brazos del CEO enemigo

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matrimonio bajo contrato
familia
brecha de edad
los opuestos se atraen
arranged marriage
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Oficina/lugar de trabajo
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Descripción

—¿Qué sucede? —quiso saber Madison mientras esperaba en la puerta de la iglesia a que iniciara la celebración de su boda.

—Lionel Burke no vendrá —respondió Howard, su padre—. Dejó una nota, no quiere casarse contigo. Decidió fugarse con Sarah Russel.

—¡¿Con Sarah Russel?! ¡¿La secretaria de su padre?! —exclamó Madison indignada—. Esto será una deshonra para nuestra familia. ¡Seremos la burla de toda Nueva Jersey!

—¡Por supuesto que no! —dictó Megan, su madre—. La boda se realizará igual. Ya tenemos a un novio dispuesto a casarse contigo, otro Burke —resaltó—. Edward Burke te espera en el altar.

—¡¿Edward Burke?! ¡¿El tío de Lionel?! —consultó Madison horrorizada.

***

Edward Burke le llevaba nueve años de diferencia, pero era el único Burke dispuesto a casarse con Madison para así cumplir con el acuerdo de sociedad que ambas familias habían establecido. Ella lo odiaba, aunque igual aceptó el cambio encontrando tras las puertas de la habitación a un hombre distinto al que había conocido.

Pero Lionel regresó de su aventura rebelde y se impactó al hallar a su tío ocupando su lugar. Decidió recuperar lo perdido. ¿Tendrá alguna oportunidad?

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Capítulo 1. Cambio de planes.
Madison tenía un nudo atado en su estómago. Había llegado el día de su boda, ya se encontraba en el vestíbulo de la Iglesia y su dama de honor, su hermana menor Lilly, arreglaba la cola de su vestido de encaje y organza. —¿Por qué no te quitas esos feos anteojos —pidió Megan, su madre, mientras le acomodaba el velo. —¿Estás loca? ¿Quieres que termine con la cara pegada al suelo? —se quejó, antes de subirse al puente de la nariz sus anteojos de pasta negra. —Ni se te ocurra, hermana —le advirtió Lilly ubicándose junto a ella para entregarle el bouquet de rosas blancas—. Si eso pasa seremos la comidilla de la sociedad. Imagina la nota en los diarios mañana: «La hija mayor de los Gallaghan, los nuevos ricos de Nueva Jersey, arañó el suelo de la iglesia con sus dientes mientras se casaba» —contó entre risas. Megan golpeó el brazo de su hija como reprimenda. —¡No seas exagerada, eso no pasará! —aseguró altiva—. Todo saldrá bien este día. Los Burke son una de las familias más poderosas de Nueva Jersey, tienen sangre irlandesa como nosotros. Con este matrimonio uniremos nuestra fuerza empresarial buscando convertirnos en un poder que nadie en este país, ni en ningún otro, podrá derrotar. Para eso es este matrimonio —expuso solemne, pero se impactó al ver a Howard, su esposo, salir apresurado de la iglesia con rostro preocupado. Enseguida corrió hacia él. —¿Qué pasará? —quiso saber Lilly al ver como cuchucheaban sus padres. —Espero que no sea un nuevo capricho de Lionel Burke —exclamó Madison en medio de un suspiro y mientras se arreglaba el velo. —No sé por qué aceptaste casarte con ese Burke en especial —exteriorizó Lilly con irritación. —Esta boda es un acuerdo comercial —dijo sin importancia—. Además, Lionel es lindo, inteligente y tiene metas —comentó como si intentara convencerse a sí misma de esas palabras—, y no es tan insoportable como Edward Burke, su tío —mascó con rabia—. Ese sujeto sí que es desagradable. Lilly sonrió divertida. Edward Burke, el hijo menor del multimillonario Fergus Burke, era un hombre serio y de mirada despiadada, quien en ocasiones molestaba a Madison al burlarse de su caminar despistado. Cuando su hermana ideaba alguna estrategia para hacer crecer la empresa de su familia se desconectaba del mundo y caminaba sin ver. Si alguien se atravesaba se lo llevaba por delante, siendo Edward, en ocasiones, víctima de su tropiezos. —Edward Burke es un hombre interesante. Lionel, en cambio, es un tipo terco y prepotente. —¡No es terco! —porfió Madison—, él solo… —Pensó muy bien lo que diría, porque ni ella comprendía lo que pasaba por la cabeza de aquel sujeto—. Tiene una visión diferente al resto de su familia. Lilly resopló. —Es vanidoso y altanero. Solo busca que su abuelo lo nombre CEO del grupo Ireland y le quite su apoyo a Edward —habló refiriéndose a la empresa familiar de los Burke. —¡Lionel tiene buenos proyectos! —explicó Madison tratando de defenderlo—. Si Fergus lo dejara actuar, Lionel sería capaz de llevar al grupo Ireland al éxito. No como ese insufrible de Edward Burke, que se cree el poseedor único de la sabiduría mundial y no acepta sugerencias de nadie. Madison odiaba la actitud arrogante de Edward Burke, lo consideraba su archienemigo. Cada vez que ella le hacía llegar alguna opinión sobre la forma en que operaba el grupo Ireland, que por ahora, él lideraba, el hombre la observaba con superioridad clavando sus punzantes ojos negros en ella. Estaba ansiosa porque Fergus le quitara su apoyo y se lo diera a Lionel, que era más agradable. Lilly puso los ojos en blanco. —Hace unas semanas dijiste que Lionel era un descabezado con ideas absurdas, ¿y ahora es el sujeto más astuto del mundo? Madison regañó a su hermana con una mirada salvaje. —Hace unas semanas los Burke no nos habían presentado la propuesta de sociedad para que nuestra empresa alcanzara la internacionalización, por eso opinaba así. Ahora es diferente. Por eso, desde este momento Lionel es un hombre lindo e inteligente, cien veces más que su tío. ¿Entendido? —preguntó de forma amenazante. Lilly arqueó las cejas con sorpresa. —¿Te volviste una mujer fría y calculadora? —Deja de juzgar a la gente grande, niña. Solo tienes dieciséis años. Cuando comiences a disfrutar de la estabilidad que nos concederá el crecimiento de nuestra empresa, gracias al acuerdo que firmamos con el grupo Ireland, entenderás mi sacrificio. —No tendré veintitrés años como tú, pero puedo notar que este matrimonio es una locura. Vas a sufrir porque te casarás con un idiota y eso entristecerá a nuestra familia en vez de darnos estabilidad. Si fuese Edward Burke sería distinto. —¡¿Casarme con el tío de mi prometido?! ¡¿Estás loca?! —exclamó ofendida—. Edward me lleva como diez años de diferencia. —La edad no es impedimento para el amor —dijo con una pose poética que a Madison la hizo resoplar—. Además, solo te lleva nueve años, hace poco cumplió los treinta y dos y eso lo puso más atractivo. Madison se impactó por lo que decía su hermanita. —¡¿Qué haces husmeando en el atractivo de hombres mayores?! ¡¿Ocúpate de tus estudios, niña?! Lilly la miró como ella fuese una alienígena. —El hecho de que tenga dieciséis años no me hace ciega. A pesar de mi edad puedo valorar bien a un hombre, y más si es un tipo con un atractivo tan demoledor como el de Edward Burke —expuso con voz apasionada. Madison casi sufrió una apoplejía por lo que oía. —¡Escucha, niña, no debes hacer…! —¡¿Qué hacen?! ¡Dejen de discutir una vez en sus vidas! —las regañó Megan. Su orden las silenció a ambas. La mujer se acercó a sus hijas acompañada por su esposo que se notaba inquieto. —¿Qué pasa? —exigió Madison comenzando a preocuparse. Howard estaba sudoroso y con la piel del rostro algo enrojecida, parecía haber corrido una maratón. Se frotaba el pecho con una mano. —¿Te sientes bien, papá? —quiso saber Lilly. Esperaba que la enfermedad de su padre no las fastidiara en ese momento. —Quería avisarte que habrá un pequeño cambio en los planes en la boda —reveló el hombre hacia su hija mayor, ignorando la pregunta sobre su salud que le había hecho la menor. No quería preocuparlas de más. —¿Qué cambio? —quiso saber Madison, mosqueada. Howard respiró hondo y compartió una mirada nerviosa con su esposa antes de hablar. —Lionel Burke no vendrá. —¡¿Cómo que no vendrá?! —exigió Madison, pálida por la impresión. —Desapareció. No saben dónde está. —¡¿Huyó de su boda?! ¡¿Eso no le corresponde a la novia?! —pinchó Lilly confundida. Su madre la reprendió dándole un manotazo. —Nathan envió a varios guardaespaldas por él —explicó Howard—, pero Lionel dejó una nota para su padre antes de marcharse. No quiere casarse contigo, así que decidió fugarse con Sarah Russel. —¡¿Con Sarah Russel?! ¡¿La secretaria de Nathan?! —exclamó Madison indignada y se sostuvo de su hermana para no caer ya que las piernas le flaquearon. La rabia y la vergüenza la invadieron. Su prometido la había plantado en el altar para escapar con una amante. —Esto será una deshonra para nuestra familia —reflexionó crispada—. La prensa nos hará picadillo mañana. ¡Seremos la burla de toda Nueva Jersey! —¡Por supuesto que no! —dictó Megan, deteniendo su reacción histérica—. Porque la boda se realizará igual. —La noticia paralizó a Madison—. Ya tenemos a un novio dispuesto a casarse contigo, un Burke —resaltó la mujer—. Él te espera en el altar. —¿Se puede cambiar de novio a última hora? —preguntó Lilly desconcertada. —Con dinero todo es posible, niña —expuso Megan hacia su hija menor, luego se enfocó en la mayor—. Edward Burke te espera en el altar. Nathan arregló todo para que la boda se celebre sin problemas. —¡¿Edward?! ¡¿El tío de Lionel?! —consultó Madison horrorizada. —Él mismo se ofreció a suplantar al novio para no suspender la boda y no quedar en ridículo ante la prensa que se encuentra afuera atenta a lo que sucede aquí adentro —explicó Howard—. A mí me pareció una buena idea. Total, es un Burke. Eso mantendrá el acuerdo comercial que hicimos con el grupo Ireland. Madison compartió una mirada alterada con Lilly. Esta sonrió divertida y alzó los hombros con indiferencia. —Piénsalo, hermana. Si te casas con Edward, serás la tía de Lionel. Así podrás castigarlo por esta humillación como si él fuese un sobrino descarriado —propuso la chica, lo que resultó interesante para Madison. —Seré la tía de Lionel —repitió pensativa y algo escandalizada. Aunque casi enseguida la rabia se apoderó de ella. Se ajustó los anteojos al puente de su nariz demostrando un cambio de actitud. —No le permitiré a ese niño malcriado que se burle de mi familia. Lo haré pagar por esta humillación —expuso resuelta y se giró hacia su padre—. Me casaré con Edward Burke —ostentó con seguridad, arrancándole una sonrisa de alivio al hombre. Casarse con Edward la pondría en una posición superior en la familia Burke, porque él era el favorito de su abuelo Fergus. Era el rival de Lionel en la competencia familiar por obtener el control del grupo Ireland, lo que le daría a ella facilidades para aplastarlo por traidor.

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