Sofía sintió que el suelo bajo sus pies se desvanecía. La calidez de sus labios, la firmeza con la que la sujetaba, era demasiado para soportarlo. Sus nervios la tenían paralizada, sus manos temblaban y su corazón latía demasiado fuerte.
Su mente quedo en blanco, solo podía sentir los labios de marcos posados en los suyos, era un beso superficial pero que podía sentir en los puntos más escondidos de su cuerpo.
Cuando finalmente se separaron, apenas unos centímetros, Sofía no pudo evitar morderse el labio inferior, sus mejillas estaban completamente sonrojadas. La intensidad del momento la dejó sin palabras. Marcos la miraba esperando una reacción, aunque la expresión de Sofia le decían todo lo que quería saber.
—Lo siento... —dijo Marcos en voz baja, no volverá a suceder.
En ese momento Sofia lo tomo del cuello, rompió la distancia entre ellos e inicio un segundo beso, marcos le correspondió con un beso mas profundo, mas intenso y apasionado. Sus corazones comenzaron a latir como tren que se descarrilaba, sus respiraciones se agitaron, el beso siguió hasta que se dieron cuenta que habían quedado solos en la pista de baile, la artista había terminado, y aunque nadie les prestaba atención, ese momento que había sido mágico, se convirtió en uno muy vergonzoso para Sofia.
Sin decir una palabra y sintiéndose observada, se puso la mano en el rostro en un intento de ocultar quien era, Marcos la vio salir de la pista y meterse a los baños.
Marcos fue a buscar a Clara para que apoyara a su amiga. Y por supuesto ella lo había visto todo y ya estaba camino al baño.
—Amiga estas ahí—, dijo Clara tocando la puerta de la única cabina ocupada.
—Que vergüenza, que vergüenza— decía Sofia llorando, —y si alguien que conoce a mis padres me vio?, ¿y si la gente se imagina que soy una mujer fácil por hacer eso frente a todo el mundo?, ¿Cómo fui capaz de hacer eso?
Clara sabia perfectamente la clase de familia que tenía Sofia, habían sido amigas desde niñas y el escoger la misma carrera las había unido aún más.
—Amiga, créeme no has hecho nada malo, tienes que permitirte sentir, estaba feliz por ti viéndote en la pista, te vi brillar como nunca, por primera vez amiga, vi ese valor que yo sé que tienes, pero que tu misma tratas de ocultar por miedo a decepcionar a tus padres, pero amiga, tú te mereces esto que estas viviendo, te mereces que alguien te quiera, te mime y te toque, no te mereces saltarte esta etapa amiga, tienes que vivirlo , luego puede ser muy tarde.
—Marcos pensará que estoy loca, ¿Quién huye así después de un beso?
—Sofi, el esta preocupado por ti, me pidió que viniese a hablar contigo, también me pidió decirte que lo perdones, que no quería faltarte al respeto, que mañana volverá a la ciudad antes para no molestarte.
Sofia abrió la puerta, ahora con cara de preocupación.
—¿lo dices en serio?
—Si, bueno, todo menos lo último, no volverá, pero te conozco y se que tu conciencia no te permitiría dejar que lo haga.
Ambas soltaron una sonrisa al unisonó, para luego ir al espejo y entre ambas arreglar el maquillaje de Sofia que se había corrido.
—Clara, yo...todo paso tan rápido.
—y quieres que se repita cierto?
—pues— Sofia se mordió el labio y no pudo decir nada más.
— ¿Descuida amiga, yo te ayudare, siempre y cuando sea lo que tú quieras, deja de pensar en tus padres, deja de pensar en que dirá el mundo, esta es tu vida y tú tienes el control, ya no eres una niña, si cometes un error sabes que sufrirás las consecuencias, pero también aprenderás de ellos, no es lo que dicen los ancianos? '.
Sofia sonrió, lista para salir, ambas habían decidido ir a dormir y dejar la aventura hasta ahí. Luego hablaría con Marcos.
El tercer y último día del viaje amaneció, y con una mezcla de urgencia y nostalgia Sofia se tiró de la cama.
Tenían mucho trabajo por hacer y poco tiempo para completarlo, el grupo también sabía que su aventura estaba llegando a su fin. El sol aún no había alcanzado su punto más alto cuando todos ya estaban de pie, listos para afrontar las tareas del día.
Sofia y Marcos, ignoraban lo pasado la noche anterior, Sofia esperaba a mas tarde para conversar con él y Marcos había decidido darle espacio a Sofia.
—Bueno, chicos, tenemos que dividirnos si queremos terminar a tiempo —dijo Clara con su usual energía, mientras desayunaban juntos en la pequeña terraza del hotel—. Los hombres pueden encargarse de hablar con los lugareños sobre la historia y la cultura del lugar, y nosotras, Sofía, podemos visitar los restaurantes y comedores locales para reunir la información sobre su gastronomía.
Alejandro asintió, ya motivado por el plan.
—Perfecto. Marcos y yo nos encargaremos de conseguir toda la información que podamos sobre las tradiciones y las leyendas locales. Dicen que hay un anciano que ha vivido aquí toda su vida, seguro que él tiene mucho que contar.
Marcos lanzó una mirada rápida a Sofía, pero ella evitó el contacto visual, concentrada en terminar su café.
—Sí, eso suena bien —dijo Marcos, finalmente rompiendo el breve silencio que se había formado—. Nos encontraremos aquí en la tarde para reunir toda la información.
Clara le dio un pequeño codazo a Sofía debajo de la mesa, y le susurró en voz baja:
—¿Todo bien?, te gusta el plan?.
Sofía asintió con una sonrisa nerviosa, intentando no mostrar lo avergonzada que se sentía, —¿Qué pensara de mi ahora?, era un pensamiento que no dejaba de darle vueltas en la cabeza.
Una vez organizados, el grupo se despidió temporalmente, y las chicas se dirigieron hacia el primer restaurante de su lista. El lugar era pequeño y acogedor, con un ambiente claramente tradicional. Al entrar, un aroma delicioso a guiso casero y especias locales les dio la bienvenida, y ambas se sentaron en una mesa cercana a la ventana.
—Esto es justo lo que necesitamos para el proyecto —dijo Clara, mirando con entusiasmo alrededor—. Tenemos que preguntar sobre los ingredientes y los platos tradicionales, y probar los platos más icónicos y solicitados, ya sabes, para tener una experiencia completa.
Sofía sonrió emocionada, realmente le gustaba su carrera y hacer turismo interno, conocer gente, comida y lugares nuevos.
—Sí, suena bien. Vamos a hacerlo rápido para poder cubrir todos los sitios de la lista.
Pasaron la mañana hablando con los dueños y chefs de varios restaurantes y comedores, anotando detalles sobre los platos típicos de la región, los ingredientes que utilizaban y las costumbres alrededor de la comida. Clara, como siempre, lideraba las conversaciones con su entusiasmo y carisma, mientras Sofía tomaba notas y trataba de mantenerse enfocada.
Mientras probaban un plato típico en un pequeño local acogedor, una pareja en la mesa de en frente, evidentemente enamorados, se compartían de sus platos, de repente el joven saco un anillo, se arrodillo y le pidió matrimonio a la joven, Sofia y Clara aplaudieron a los novios, después de la respuesta afirmativa de la joven, ambas se emocionaron con la novia y lloraron con ella como si fuese una vieja amiga.
— ¿Son muy jóvenes, no crees?, dijo Sofia mirando a la hermosa pareja, desde su mesa.
— Si lo son, pero no tanto como para no saber que hacen, ella debe tener unos veinte y tantos, ¿no crees? Pregunto Clara.
— Seria bueno si terminan su carrera antes de casarse, eso posiblemente los limitaría.
— Puede que sí, pero puede que no, pueden que entre ellos se coman el mundo porque sean el apoyo que necesitan—añadió Clara, fijándose que Sofia se proyectaba en la pareja. —que la sociedad lo dicte no significa que todo este escrito amiga, no hagas lo que otros esperan que hagas para ser feliz, has lo que realmente te haga feliz, y al diablo la gente y lo que piense.
Sofia sonrió, —¿Cómo me soportas Clara?
—Yo debería preguntarse eso, tu eres la persona mas dulce que existe y la verdad soy mejor persona desde que te conozco, ahora vámonos de aquí antes de que te bese.
Ambas terminaron de probar el plato y entre risas salieron y siguieron su ruta del día.