Capitulo 3. Matrimonio

1247 Palabras
Hoy es el día de mi boda y ni siquiera conozco a el novio! Todo ha pasado tan rápido ayer me llegó el vestido, los complementos y las joyas. Es todo tan elegante tan esquisto. Ni en toda una vida hubiera podido pagar por estas cosas. El día de mi boda debería considerarse el mejor de mi vida en cambio este el peor día si cabe! Creo que el día que nos abandono mi madre no fue tan duro como este. Acabo de firmar un montón de contratos, al menos ya estoy sola y ese abogado al fin a decidido marcharse, Mi jefa ha venido a peinarme una chica contratada por él me ha maquillado. Ya estoy lista para ir al patíbulo. —Estás tan bonita, el novio se va a volver loco cuando te vea pequeña —dice papá orgulloso. — Gracias papá, tu si que estás guapo— digo dejando un beso sobre su mejilla. Montamos a la limusina que nos espera en la puerta, ni siquiera he mirado donde se celebra el enlace y menos el banquete de esta boda de pacotilla. La verdad es que me veo hermosa, llevo un vestido precioso, mi cabello castaño normalmente sin brillo se ve extraordinario, está recogido en un moño bajo. Las perlas resaltan mis grandes ojos castaños. Al menos me veo bien, tengo que ser fuerte y no llorar. Ya llorare cuando esté a solas, ellos deben de creer que soy feliz. Llegamos a una finca creo que aquí es a donde lleve el traje. Bajamos de la limusina y papá me lleva del brazo hasta el altar allí me espera un hombre alto, fuerte... Las piernas me tiemblan no voy a ser capaz. Papá me ve flaquear y me da ánimos. — Es normal que estés nerviosa, todo pasará eres la novia más bonita y la hija que todo hombre quisiera tener — sonrió a papá y agarro su brazo con fuerza. Llegó al altar y él me entrega. La verdad es que es un hombre guapo, no le veo ningún pero, entonces porqué demonios se casa conmigo cuando podría casarse con cualquier mujer? La ceremonia ha acabado, por fin podré respirar un poco de aire y alejarme de la gente. —Puede besar a la novia — dice el oficiante ni si quiera se si es cura o no. He estado actuando como una autómata todo el tiempo, no he prestado atención. Despierto de mi ensoñación cuando unos labios carnosos se pegan a los míos, haciendo que se ericen todos los vellos de mi cuerpo. El separa de mi y la ceremonia se da por concluida, vamos cogidos de la mano hasta el banquete, allí suelta mi mano y se marcha a hablar con unos hombres, en ese preciso momento mi padre y mi hermano se acercan a mi. — Cariño ni siquiera te he dado un regalo para tu boda y tú marido ya nos ha hecho un regalo a nosotros —yo lo miro sin saber que decir y es él el que continúa su alegato. —Tu esposo ha pagado toda la hipoteca, ha comprado la nave de al lado para que pueda ampliar el taller y le ha hecho una cuenta a Jhonny para ir a la universidad...— — Enana con todo ese dinerito, puedo hasta repetir varios cursos— dice sonriendo. Yo le dedico una mirada desagradable y el comienza a reír, contagiandonos su risa a papá y a mi. El día pasa volando, apenas si he visto a mi marido, he estado recibiendo la enhorabuena por parte de todos los invitados, no conozco a casi nadie pero aún así he intentado ser educada y cordial. La noche hace presencia y con ella llega el momento de la despedida ese momento que por nada del mundo hubiera querido que llegará. Me despido de mi hermano y de mi padre y me dirijo a la casa acompañada del señor que siempre ha intermediado. Ni siquiera se como se llama. Me lleva hasta una habitación enorme, es más grande que mi salón y mi cocina juntas. —Señora tiene ropa de cambio en el armario, el señor subirá en un rato, me ha pedido que lo espere despierta tiene algunos asuntos que tratar con usted — Yo asiento con la cabeza y me dirijo a él armario, lo abro y veo tanta ropa que creo que le voy a desmayar. Todo lo que hay aquí es de firma. Tengo miedo de tocarlo siquiera. Busco algo para dormir y después de un rato doy con un pijama de algodón, esto es perfecto. Una idea cruza por mi cabeza y si desea consumar el matrimonio? En esto no había pensado, creo que no me puedo negar o si? Puff ahora sí que estoy nerviosa y dónde dormirá él? Conmigo o tendremos cuartos separados? No puedo seguir pensando en eso, me voy a volver loca. Intento quitarme el vestido pero es imposible, demasiados botones y demasiado lejos del alcance de mis manos. Me tiro en la cama abrazada a mí pijama y sin querer me quedo dormida. Me despierta una voz ronca pero a la vez sexy. — Creía haberte pedido que me esperaras despierta y aún sigues con el vestido? No me gusta que me desobedezcan por esta vez lo pasaré por alto, la próxima falta de respeto tendrá consecuencias— dice dándome la espalda. Sus palabras me dejan petrificada, no creo haberle faltado el respeto y no me he quedado dormida a propósito. No voy a discutir con él así que prefiero mantenerme callada al menos un rato. — Richard, siento haberme quedado dormida y siento llevar el vestido puesto pero me ha sido imposible quitármelo espero que sepa disculparme— digo lo más calmada posible dentro del manojo de nervios que soy ahora mismo. — Están bien, vuélvete — dice y yo obedezco, botón a botón el vestido va cediendo de mi cuerpo. — En la intimidad me llamaras señor y solo y cuando yo te lo permita me llamaras por mi nombre. Ahora ves al baño y ponte el pijama quiero hablar contigo— Esas palabras me han destrozado el alma, pero qué esperaba que esto fuera a ser un camino de rosas que se casará conmigo por amor, de verdad que ilusa puedo llegar a ser. Después de unos minutos vuelvo a la habitación, el está en el balcón fumando un cigarrillo. Se ha quitado la chaqueta y solo lleva puestos los pantalones y una camisa blanca. Debajo de ella se pueden notar sus músculos, por unos segundos me pierdo en su cuerpo. — Ri.., señor, ya estoy aquí de que desea hablar conmigo — digo casi tartamudeando. Él se vuelve y me mira de arriba abajo. — De toda la ropa que tienes has elegido eso, no sé si considerarte vulgar o sencilla— de nuevo esas palabras se me clavan en el alma, desde que lo he escuchado hablar no ha hecho otra cosas sino más que menospreciarme, cada vez entiendo menos los motivos que lo han llevado a casarse conmigo. —Voy a enumerarte las reglas que debes seguir, si te comportas y las sigues todas. Obtendrás recompensas si por el contrario me desobedeces obtendrás castigos acordes con tu falta— Pero esto qué es, creía que era su esposa no su esclava. Creo que no sabía dónde me metía. Igual sino hubiera aceptado... Pero entonces papá y Jhonny... Tengo que ser fuerte por ellos.
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