Le pidió a la secretaria que acompañará a la señorita con el chofer y le dieran acceso al sótano. Él los esperaría alli y saldrían por el otro lado del edificio. Nadie podía verlos juntos y agradeció el hecho de que ese no fuera uno de los choferes de los Stanton, sino un taxi. Julia había tomado todas las precauciones necesarias para ir allí. En el auto él pudo abrazarla entrelazando sus manos. La mansión era justo como la recordaba, grande e imponente. pensó que jamás volvería poner un pie en ese lugar. No después de la última vez que estuvo allí cuando Henry aún vivía, él no soltó su mano y caminaron por el amplio jardín. - La servidumbre podría contar esta historia - No hablarán - dijo muy seguro - ¿Como supiste lo de la fuente?. ¿Quiero decir, que Henry la constr