CAPÍTULO 22: SEIS AÑOS CASADA Y ¿NO SABES DE AMOR? (II) Sebastián agarró sus caderas y frotó la cabeza de su polla contra su entrada, se hundió lentamente como si quisiera alargar el momento. Las manos de Isabella apretaron la sábana y sus piernas se estremecieron, el sujeto sus muslos mientras la penetraba y comenzó a moverse a un ritmo tortuoso. Extendió su mano y le acarició el clítoris, aumentando los envites dentro de ella, sintiendo cómo lo apretaba en su interior; sin embargo, para Sebastián no fue suficiente. Él quería sentirla toda. De repente sus embestidas tomaron un ritmo salvaje y ella gritó de sorpresa, su coño, apretándolo, una y otra vez. Sebastián apretó los dientes para reprimir el gemido de placer que casi escapa de sus labios, al sentir su apretado coño ordeñando su