CAPÍTULO 44: ATAQUE EN EL TOCADOR. Al día siguiente, Isabella terminaba de arreglarse frente al espejo. Sebastián apareció detrás y rodeó su cintura. —Voy a ser el más envidiado de la noche —dijo orgulloso. Ella sonrió y continuó acomodándose el cabello. —Adulador. —¿Por qué? Digo la verdad, mi mujer será la más hermosa de la noche. No voy a dejarte ni un segundo. Sebastián le besó el cuello y se apartó. Isabella llevaba un vestido n***o que resaltaba cada curva de su cuerpo, pero lo más llamativo era el escote en su espalda acompañado de un collar Lariat, un regalo de Sebastián. Se miró una última vez y se sorprendió al ver el brillo en sus ojos. Parecía una mujer diferente, una mujer amada y sobre todo dispuesta a ser feliz. Pronto llegaron al hotel donde se daría la velada. Sebas