Una traicion inocente. 3

2702 Palabras
Atenas estuvo examinando por un buen rato las imágenes en tiempo real del patio de aquella casa en Bielorrusia, no había nada que le diera pistas sobre su enigmático contrincante, pero considero la posibilidad de que esta vez Enigma estuviera aliado a Odette y todo su séquito, la reina de corazones había construido un imperio sólido que a pesar del tiempo se seguía manteniendo estable y generaba una cantidad ridícula de ingresos, tenía su propio ejército y controlaba a políticos, solo faltaba que Odette decidiera dar un golpe de estado y entonces consolidaría un régimen político, pero pensar en eso era divagar demasiado. — ¿Hay algún mensaje? — preguntó alejándose de la pantalla. — El mismo mensaje ha sido enviado veinte veces y hay otros tres que han ido llegando en intervalos de una hora. — respondió su asistente. — Reproduce el mensaje Jace. — ella creó a su propio asistente y fue quien lo nombró, la muerte de su padre había sido reciente. — Hola Ghost... — la voz robótica del video la sobresaltó un poco — He vuelto a probar suerte intentando rastrearte y tus virus quemaron tres de mis computadoras, me gustó nuestro juego de ajedrez del otro día, me gustaría repetirlo, pero has estado ignorando mis llamadas y de verdad que me caes muy bien, te admiro muchísimo y quisiera conocerte. — por ese tipo de mensajes es que Atenas pensaba que era un adolescente. — Reproduce el segundo. — dijo mientras acercaba la silla. — Dejando de lado el tema de los juegos, se está fermentando una guerra ambiciosa, hay un loco que quiere causar caos y quiere ver el mundo arder, el plan hasta donde he podido investigar es pelear a las potencias, quiere jugar a ser el diablo y repartir el caos solo para su propio deleite, es un enfermo. — terminó el audio. — Eso no me dice mucho, en estos días cualquier loco quiere desencadenar una guerra, todos pelean por todo. — frotó el puente de su nariz. — Aún queda un mensaje por escuchar. — dijo el asistente. — Reprodúcelo y cambia el sistema Cronos por Atlas. — no había nada relevante en aquellos mensajes porque no iba a meterse en una guerra que no era suya. — Espero que encuentres el tiempo para jugar ajedrez conmigo de nuevo, antes de que los malos decidan actuar y las cosas se pongan feas, espero que tu hermano pueda convencerte antes de que todo empeore, con ellos tienes más posibilidades de sobrevivir. — fue el último mensaje. — Sistema operativo Atlas en funcionamiento, seguridad externa activada y en excelente funcionamiento, las computadoras se apagarán en veinte minutos y no volverán a encenderse hasta que el código sea ingresado, sistemas operativos externos óptimos y seguros. — dijo Jace dando por cumplida la orden. — Mamá ya no está y no veo un motivo razonable para continuar con este juego, mi vida debe ser Antoni y no este mundo que yo misma puedo manipular... — Atenas solía hablar consigo misma cuando estaba ahí abajo — Se ha vuelto aburrido anticipar las cosas con tanta facilidad y que Jonathan haya aparecido no es algo bueno. — giro un poco en la silla — La previsibilidad puede, de hecho, restar emoción a la anticipación... — Jace habló — La complejidad y la incertidumbre suelen añadir un elemento fascinante a la experiencia ¿Prefieres la emoción de lo desconocido o valoras la estabilidad de lo predecible? — era una inteligencia artificial que aprendía, Atenas lo diseño para eso. — Eso no importa, ya no importara. — se levantó de la silla observando cómo cada una de las pantallas comenzaba a apagarse. Salió de aquel cuarto cuando todas las computadoras ya estaban apagadas y cerró la puerta sin voltear hacia atrás con alguna sensación de arrepentimiento, estaba segura de querer vivir las sorpresas de los momentos y dejar de lado ese enorme legado criminal que sus padres dejaron en sus manos, Ivana había comenzado a hablarle sobre el retiro del mundo criminal aprovechando que todavía era joven, incluso llegó a sugerirle la idea salir a citas, encontrar un hombre que se enamorara de ella y de Antoni, que quisiera formar una familia y que completara su mundo, pero siempre se negó a esa idea, ahora Ivana no estaba y se sentía sola, la persona que complementaba su mundo ya no estaba. — Atenas ¿Que paso? En toda la casa sonó un bit. — dijo Ariana al verla llegar a la sala. — Nada grave, solo saque a Ghost del sistema. — extendió los brazos para cargar a Antoni. — ¿Cómo? No te entiendo. — la vio fijamente. — Tengo herencia para dejarle hasta a mis tataranietos, tengo un hijo que requiere de mi tiempo y atención, no hay más razones para seguir trabajando. — explicó sin llorar porque extrañaría mucho ser la villana. — Con tu talento podrías administrar una agencia de asesinos a sueldo. — sugirió Mads mientras retomaba el libro que leía. — Prefiero administrar una agencia de viajes. — abrazo a Toni antes de darse la vuelta e irse a su cuarto. — Voy a pedir comida para el almuerzo. — dijo Ariana antes de que se perdiera. Si Atenas no decía que no a alguna propuesta que ellos hicieran, entonces tenían luz verde para hacer las cosas, subió a la segunda planta donde estaba su cuarto mientras escuchaba a Antoni quejarse un poco mientras agarraba el escote de su blusa, ya era hora de comer y el bebé lo sabía, por suerte no se había enfermado al estar consumiendo fórmula por primera vez y es que ella nunca había tenido necesidad de comprar esas latas porque como Ivana le dijo, era una vaquita lechera y eso era muy bueno. — Ya se corazón, yo sé que tienes hambre y que quieres comer, solo déjame limpiarme porque he sudado mucho... — lo acostó en medio de la cama y fue por unos paños húmedos — No me grites que ya voy... — se acostó viendo que ya se había dado vuelta — Si mi amor, ya puedes comer tetita como siempre... — se quedó recostada en el respaldo con el bebé en su regazo — Eres tan bonito que me cuesta creer que hayas salido de mi cuerpo y que hayas sido concebido con ayuda de un inútil como Andre, pero sin duda eres lo mejor que me ha pasado, aunque si te soy sincera, tengo mucho miedo de no ser suficiente para ti... — mientras hablaba Antoni la estaba viendo fijamente al tiempo que comía — Te amo y ya he tomado la decisión de ser solo tu mamá, no habrá más fantasma ni más mente maestra, si el mundo quiere destruirse que lo haga, porque tú serás mi prioridad. — le tembló el alma cuando lo vio sonreír mientras sus iris bicolores la veían como lo más preciado de su existencia. Se quedó en silencio mientras veía a su hijo comer, sus mejillas redondas y rosadas se movían con cada trago que daba, lo más curioso es que Antoni no le apartaba los ojos de encima a pesar de que ella ya le había quitado los calcetines e incluso el pantalón, le gustaba que su bebé anduviera al aire libre, que disfrutara de las sensaciones a su piel porque eso lo estimulaba en su desarrollo. Saco su celular para encenderlo y revisar algunos detalles que tenía guardados, fue entonces cuando una infinidad de notificaciones comenzaron a llegarle y todas eran de Victoria suplicando su perdón, llamadas perdidas y otros mensajes más donde le contaba que su hermano quería reunirse con ella para hablar en mejores términos, incluso algunos de ellos eran mensajes confusos así que decidió llamarla para comprender qué era lo que estaba diciendo. — ¡Atenas, gracias a Dios! — exclamó Victoria apenas responder la llamada. — Relájate un poco, te vas a ahogar. — dejo el celular en altavoz sobre la barriga de su hijo. — Perdóname, de verdad que pensé que sería buena idea que te reunieras con tu hermano, pensé que te haría bien ahora que Ivana no está, tener un apoyo familiar es importante. — Victoria estaba llorando. — Se que tus intenciones eran buenas, pero realmente que no necesito una relación con él ni con el resto de mis hermanas. — sonrió mientras veía a Antoni. — Jonathan quiere volver a reunirse contigo. — susurro como si no quisiera que nadie la escuchara. — Eso no va a pasar, no volveré a reunirme con él porque no me interesa construir una relación familiar con un cobarde. — seguiría renuente a reunirse voluntariamente con el hombre. — Deberías mudarte por unos días de la casa familiar, aunque no tengan el mismo poder que tienen en Rusia, pueden pagar para conseguir tu información porque el dinero compra voluntades y ellos tienen mucho. — Victoria estaba tirando de cabeza a los rusos buscando enmendar su error. — Mañana temprano me retirare, hoy no puedo porque acabo de volver y necesito descansar. — acarició la mejilla de su hijo viendo que se estaba quedando dormido. — Tratare de retrasar su búsqueda. — se comprometió con su mejor amiga. — Muchas gracias y descuida porque no estoy enojada contigo por haberlo llevado conmigo, sé que ellos pueden ser insistentes y capaces de doblegar voluntades. — era la primera vez que Victoria hacia algo como eso. — Me siento como una estúpida al haberme dejado convencer de esa manera tan simple, yo realmente no sirvo para esto. — Victoria solo llevaba tres años dentro de ese mundo y continuaba acostumbrándose. — Si llegan a amenazarte o continúan presionándote para que digas dónde está mi casa dilo, dilo mientras me permites escucharlos desde el anillo que te di. — Atenas era mala, astuta y sabía cómo llevar la ventaja. — Yo te informo... — se escuchó la voz de Dante al fondo — Me alegra que hayas llegado bien a casa y espero que podamos salir pronto a comer a solas, sin terceros o cuartos. — el tono de voz le cambió. — Vamos a tener la oportunidad de ponernos al corriente después de tanto tiempo lejos. — se rio por lo bajo. — No me quedó ni tiempo de preguntar como estabas después de haber ido a dejar las cenizas de Ivana con tus padres. — había temas que podían tocarse libremente. — Pues... — volvió a bajar la mirada su hijo estaba dormido ya — Ha sido complicado, no por el viaje ni por los preparativos, fue difícil tener que dejar la urna, aunque sé que cumplí el último deseo de mi madre, pasar la eternidad entre sus dos amores como siempre habían estado, Jace a su izquierda y Antoni a su derecha. — apretó ligeramente el abrazo hacia su hijo. — Tienen prohibido poner un pie en casa de mi familia ¿Quieres ir a comer con nosotros esta noche? Bueno, si no te incomoda ver a Elliot y a su prometida. — Victoria se rio. — Me alegra mucho que finalmente vaya a sentar cabeza, antes de viajar a Sicilia me los encontré y fue divertido hablar un rato con ambos, ella es mona. — Atenas nunca tuvo interés en el hermano de su mejor amiga a pesar de que él sí. — A mí no me agrada y el sentimiento creo que es mutuo, Sasha tampoco se la traga con tanta facilidad y Judith ya ni se diga. — ambas eran víboras al hablar de otras mujeres. — Mientras ella las respete no creo que haya problemas, sería bueno que pudiéramos reunirnos a solas, hay algo que quisiera contarte. — quería contarle a Victoria sobre su hijo a pesar de todo. — Creo que sería bueno que nos reunamos cuando ellos se hayan ido, solo pueden quedarse una semana en la ciudad. — la voz de Victoria era muy expresiva. — ¿De qué lado estás? — preguntó Odette al fondo. — Bloquea la señal de tu celular, no sé si me lo van a quitar y no respondas sin primero ver la clave. — dejó escapar un suspiro pesado. — ¡Victoria! — Dante se metió y se escuchó un revuelo. — Vete de Miami, escóndete hasta que ellos se hayan ido y no respondas sus llamadas porque Hank acaba de darles tu número. — después de eso pareció que le arrebataron el celular. — Atenas, las cosas no son como las estás pensando, es importante que te reúnas con todos nosotros porque podrías estar corriendo peligro. — dijo Dante que era quien tenía el celular. — El único peligro son las personas que has traído a la ciudad. — Atenas activo el programa de antirrastreo. — Una cosa es que Jonathan te busque para reconciliar la familia y otra muy diferente es que te esté hablando yo, en Miami le han puesto precio a tu cabeza, ahora que Ivana ya no está eres un blanco fácil y todos saben la fortuna que has heredado, el abogado que dejaron encargado de eso se lo dijo a todo él quiso escucharlo. — Dante la previno en buena voluntad a pesar de que Victoria no confiaba en él porque estaba inclinado a decirle cosas a Odette. — Gracias por advertirme y por decirme quien es el sapo, pero de mi seguridad me encargo yo y no te necesito, mucho menos a Jonathan o a Odette para protegerme. — quería retirarse y las personas no colaboraban con su idea. — Aunque no quieras mi ayuda o la de Jonathan, los dos estamos en la casa y las puertas están abiertas, tus padres me encargaron Sicilia y yo jamás pensé en sacarlos de la isla, le he dado mantenimiento a la casa que tenían en Palermo y con gusto te la devolvería si decides regresar, además estarías cerca de Victoria y desempeñarías mejor tu trabajo como madrina. — Dante intentó convencerla de que lo mejor era volver a Sicilia donde iba a estar más segura por ser su tierra y era el lugar donde su apellido tenía peso. — El problema de regresar es que tu no pondrías restricciones a los Doménico porque eres un flojo y con poco criterio. — acostó a su bebé en la cama una vez que estaba profundamente dormido. — La mayoría de los Doménico están en Moscú, no sé qué problemas puedes tener con ellos, pero créeme que no se acercarían a ti si es lo que quieres y piensa que estarías protegida, solo tendrías que ser un poco más amable y darle la oportunidad de reconciliación a Jonathan, no es nada complicado y hasta saldrías ganando. — la propuesta de Dante era extremadamente engañosa. — Por mi serían capaces de volver y deberías tener cuidado, todos tienen un pasado que nadie sabe, todos tienen secretos que luchan por mantener bien escondidos, pero conmigo eso no funciona, yo se cosas que te helarían la sangre. — Atenas cortó la llamada. Dante pensaba que los únicos aliados que le habían quedado eran los Ransome, cosa que no era verdad, ella tenía muchos aliados que, si bien no provenían de familias acomodadas, le tenían lealtad a ella y con un par de llamadas confirmó plenamente lo que Dante le dijo sobre el abogado que había regado por todos lados que Atenas estaba sola, con mucho dinero y siendo dueña de la casa principal. Después del almuerzo Ariana se fue de casa muy bien armada y con una misión muy clara en la mente pues quien traiciona las paga, aquel grupito de desesperados que fueron los primeros en asegurar que irían por ella esa misma noche, así que misteriosamente toda su información criminal se filtró a la DEA, desde las ubicaciones exactas de sus caletas hasta una lista detallada de todas sus cuentas bancarias, aliados y compradores de élite, esa noche Atenas ceno viendo las noticias en la sala porque las autoridades acababan de dar un duro golpe a grupos criminales que estaban generando pánico en las calles, claro que en las noticias nunca iban a darle las gracias a quien realmente los llevó a ellos, Ghost.
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