•Capítulo 03•

2507 Palabras
—Vamos Scott, una más.— miré de mala manera al hombre calvo, era el peor entrenador que había tenido, mis piernas dolían de tanto correr.   —De verdad no puedo tío, ya he hecho cincuenta.— me excusé de inmediato.   —Vamos.... no te estoy pidiendo una explicación, te estoy ordenando que corras.— después de algunos regaños de su parte empecé a trotar como los demás, el alcohol aún estaba en mi cuerpo.    —¿Me dirás donde carajos te metiste?— negué a Brooklyn mi compañero de cuarto en aquel edificio, venía de Escocia, negué para aumentar mi paso y dejarlo atrás.   [...]     —Me largo.— escupí para intentar salir del campo, aún no conocía a todos los sujetos del equipo solo los identificaba por sus rasgos.   —Y así crees ser el mejor, vamos siéntate muchachito.— accedí al dejarme caer en el pasto perfectamente podado. —El partido es en tres días podemos lograrlo así que por favor nada de alcohol ni sustancias hasta entonces, entendido.—    —¿Iras al cuarto?— accedí, solo quería ir a descansar hasta el siguiente día.   —¿A donde más puedo ir?— contesté sin muchos ánimos, me paré al ver a los demás hacerlo, caminé directo al edificio más que acabado.   —Thea me preguntó por ti... es la más linda del campus debes intentarlo.— esta vez fue un tipo que reconocía como "el pelirrojo" accedí.   —Si como sea.—    —¿Que puede ser tan malo que tenga al pobre scooter atormentado?.— odiaba que me llamaran scooter, suspiré para mirarlos sin ánimos.   —¿Conoces a los Smituz?— pregunté, los chicos accedieron sin pensarlo... era más que obvio, todos los conocían.   —Esas personas viven en la ciudad... ellos son la alta sociedad, es raro verlos en las calles.— contó sin mucha importancia, me tacharían de demente si les contara lo vivido con aquella rubia integrante de esa familia; además, le juré no hacerlo.   —Lo juro las mujeres de aquí son unas malditas perras.— habló el pelirrojo el cual al igual que yo era foráneo. —Vamos scooter, Thea es muy buena persona me ha dicho que te hablé de ella.— insistió.   —no quiero estar involucrado con nadie.— escupí para por fin salir del césped. —Si ella es buena... no debería querer mi atención, ¿por que crees que me cambiaron a medio año?— sus miradas se cruzaron, se burlarían.   —¡Tranquilo chico malo!— y como fue sus risas inundaron los pasillos, no debía regresar el pasado, era alguien nuevo.    […]   —Dejen de grabar y retírense de mi casa... su jornada de trabajo a terminado.— vociferó mi padre a los hombres quienes seguían captando cada momento, sonreí incómoda de la situación, que más podía hacer, las cámaras apuntaban a mí sin piedad.    —Si señor.— respondió uno al bajar su cámara sumiso a mi padre, nadie murmuró nada hasta que los cuatro hombres estuvieran cruzando la puerta, lejos de escuchar algo no debido.    —Nathalie.— llamó a mi madre la cual parecía estar más relajada que antes, realmente estaba contenta de tener a sus cuatro hijos a su alrededor pendiente a sus deseos. —¡¿Que le está pasando a esta familia?!— explotó papá llenándonos de sorpresa, sentí la presencia de Niall detrás de mí, al fin había entrado.    —Papá.— intentó controlarlo Nia, la segunda de sus hijos... la niña de sus ojos. Tragué duro al sentir la tensión de todos los miembros de la familia, habían serios problemas de eso estaba segura.   —Guarda silencio Nia, esto está siendo un desastre, yo no los eduque así... cada uno de ustedes me decepciona, pero vamos a resolver cada uno de sus problemas unidos como familia, empezamos contigo Nia.— informó para sentarse en aquel sillón, esto solo sucedía cuando la situación se salía de control para todos, sonreí a Niadándole apoyo.   —No me sucede nada, solo vine aquí por mi madre... estoy realmente bien.— se dedicó a responder en un tono molesto, la miré preocupada pues no se podía dar el lujo de un disgusto por su embarazo, la chica miro a cada uno en la sala, ahora Niall estaba a mi lado y parecía tenso.    —Papá esto es absurdo, todos somos adultos y debemos ser responsables de nuestros problemas.— se expresó el chico, algo andaba mal con él, mire como lo observaba su esposa; problemas en el paraíso.    —Eres el menos indicado Niall, con todo lo que le has hecho pasar a Carriz y a tus hijos.— reclamó mamá tomando la mano de Carriz, la tensión era incómoda para todos en aquella sala lujosa... al parecer apoyaba completamente a la chica italiana.   —Mamá tu no debes juzgarlo, eres una racista que no acepta a Khloe.— aquello había creado el caos en el lugar, aquel tema no era bueno para nadie... khloe era su pareja sentimental, la chica tenía descendencia latina y a mi madre eso no le gustaba ni un poco sin contar su color de piel... a mi me parecía algo infantil.    —Nixon esa mujer nunca será de mi familia.— exclamó mi madre rabiosa a Nixon, esté la miró indignado por su comentario.    —Papá dile algo.— reclamó el chico.    —¡Silencio!— el grito de mi padre a todos nos hizo saltar, miré a mi madre la cual parecía confundida con la situación. —¿Niall... algo que quieras decirle a Carriz?— preguntó siendo sutil con sus palabras, y confirmándome que tenían problemas en su perfecto matrimonio... ignorando por completo a Nixon y mi madre.   —No voy a resolver mis problemas matrimoniales con ustedes presentes.— advirtió sin mirar a nadie y concentrándose en un cuadro de la casa.    —No quieres que sepan que estuviste viendo a Green.— rompió en llanto la chica para abrazar a mi madre, la confesión nos había tomado por sorpresa a todos, sin mencionar al infiel.    —Carriz claro que no.— informó al levantarse de inmediato e ir a los brazos de Carriz la cual parecía perdida en su llanto, mire a Nixon quien me decía palabras con una mueca. —Hablemos en privado de esto, es un error.— rogó.   —Carriz anda con él, hazlo por tus hijos.— pidió mi madre a la chica, la cual parecía pensarlo, después de segundos se levantó y siguió a mi hermano a un lugar de la casa.   —¡Típico de Niall!— exclamó Nia, sabíamos que Niall era un caso perdido con las mujeres, solo le era fiel a sus deseos y no a su familia.   —Silencio señorita, que tu también nos contarás lo que realmente sucede con Bastian.— amenazó mamá al verla, la chica se petrificó sin dudarlo... aquel hombre era el padre de su hija, un empresario temido por todos, un estúpido egocéntrico y clasista sin olvidar machista quien había robado el corazón de Nia obligándola a estar siempre a su lado.   —No sucede nada.— espetó mirando a mi padre, Bastian era de lo peor y lo sabía por qué Nia me había contado con el hombre la vigilaba o acosaba hasta que ella cayo a sus pies; "Soy de él" Aquello me llenaba de coraje sin dudarlo.   El tipo no se relacionaba con nosotros como lo hacía Carriz, cuidaba su privacidad y la de Nia... al estar presente era de lo más formal y distante con todos.    —Bastian me ha mandado un acta de matrimonio.— aquello hizo que todos giráramos a Nia esperando que se tratara de una broma, por su bien.    —Nia.— intenté llamarla, pero esta alzó los hombros sin dudarlo. —¿Es verdad?— pregunté con terror a su respuesta.   —Bueno, Bastian creyó que sería bueno casarnos sin mucha preparación... además no quería que nuestra bebé naciera fuera del matrimonio.— confesó como si se tratara de algo romántico.     —¡Nia Smituz!— gritó Mamá al mirarla decepcionada. —¡Como nos pudiste hacer eso, como te casaste en secreto con Bastian!— reprochó mi mamá más que alterada.    —¿Fue por tu voluntad o te encerró en un cuarto hasta que firmaras?... ese sujeto esta enfermo, Nia.— esta vez fue Nixon, pensar en aquel escenario causó un escalofrío en mi cuerpo.   —¡No, nada de eso... él me trata bien y quiere lo mejor para mí, en verdad nos amamos!— gritó como si su vida dependiera de ello, el caos comenzó de nuevo; mi padre y madre le reclamaron sucesos intentando hacer que esta entrara en razón.    —Es tu decisión, cuando recapacites estaremos para ti y para tu bebé.— accedió como si fuera algo anticuado e incluso ridículo, las cosas se calmaron y Nia nos contó cómo había sido su boda.   "En realidad fue entre nosotros dos y una cena romántica, él prefiero que estuviéramos solos" esas fueron sus palabras, accedí con asombro en verdad estaba enamorada de aquel hombre.   —Nilüfer.— giré a ver a mamá, negué, no quería que supieran lo sucedido horas atrás, me tacharían de cualquiera.   —Terminó con Barron.— me salvó mi padre, accedí sin más que hacer, me dolía saber que ya no estaba para mí... ya no tenía a alguien que me pensara todo el día o que amara incondicionalmente.   —Nilü.— miré a Nixon, nunca le había caído bien Barron y su felicidad no pudo ser escondida. —Esto debe de ser un milagro— bufó.   —Y también estuvo con otro hombre, la encontré esta mañana desayunando juntos en un hotel.— cerré los ojos, no quería ver la expresión de mis hermanos.   —No me jodas.— ese fue el adolescente quien soltó una risa contagiosa en el momento menos adecuado.   —Nixon Smituz cuida tu vocabulario.— juntos advirtieron mis padres a su hijo de apenas diecinueve años, el lugar se tensó y el silencio volvió a aparecer.   —¿Que pasó realmente Nilüfer?— la pregunta de mi hermana me hizo abrir los ojos, no tenía el valor de decirles la verdad.   —Barron terminó conmigo por una videollamada, dijo que ya no era lo mismo... está bien, todos sabíamos que iba a suceder, ya que no nos veíamos desde casi medio año y respecto al sujeto... es la persona con la que estoy saliendo.— solté de golpe, solo conocía su nombre y solo lo había visto una vez en mi vida... debía de ser una locura.    —¿Saliendo?— preguntaron los cuatro, accedí más que frustrada, iría al infierno por mentirles. —Es universitario, se destaca en el fútbol.— mentí, solo había recordado aquellas palabras del tipo.   —¿De donde es?.— preguntó mi madre, en su rostro solo podía observar frustración. —¿Es extranjero?— preguntó con miedo.   —Quisiste decir; ¿Es latino?— reclamó mi hermano quien seguía furioso con aquel tema.    —No, Jovencito... entiende que esa mujer solo te quiere para tener hijos con renombre, las latinas solo eso buscan aquí.— reprochó a su hijo. —Y Nilüfer debes traer al tipo, debo de conocerlo mejor... lo observé esta mañana y no parece ser feo o mal educado.— accedí sin pensarlo, giré a ver a mi padre el cual parecía distante.    —Bueno, espero que esta conversación les haya ayudado, tengo trabajo que hacer.— se despidió el hombre para sonreírnos y desaparecer entre los pasillos de su casa.   —Mamá solo te lo diré por última vez... no voy a dejar a Khloe.— amenazó para seguir a su padre, sin más que hacer  me recosté en el sillón... ¿como iba a traer aquel chico a casa?, no sabía nada de él.   ¿Como iba a convencerlo? o principalmente a encontrarlo en una ciudad tan Grande, podía contratar a otro sujeto, ya que mi madre lo había conocido esa idea tenía que ser descartada.   —¿Cuanto llevan juntos?— preguntó Nia, la atención de mi madre se enfocó solo en mí ignorando a todo su alrededor.   —Cuatro meses... él, es educado y bueno.— conté, no era educado... recordé verlo comer aquellas papas fritas, pasaría la vergüenza de mi vida.   —Espero conocerlo pronto, es atractivo.— accedí con una sonrisa fingida a aquel comentario de mi madre, estaba perdida solo eso repetía.    —Nos iremos a casa.— miré a Niall cargar a Pía su primera hija, sonreí al verla animada y con aquellos cabellos rubios sueltos.    —Abu.— exclamó esta con entusiasmo, solo tenía tres años y era una hermosa princesa de ojos azules.   —De acuerdo, esperaba que se quedaran esta noche pero esta bien, Pía abraza a la abuela.— ordenó mi madre a la pequeña, sin dudarlo esta fue a sus brazos.   Era su primera nieta y la consentida de la casa, amaba el don que mamá poseía con los niños... estos parecían amarla.   —Estoy lista.— Carriz sostenía al pequeño Tyson quien solo tenía un año de nacido, mi madre sonrió al verlo dormido pacientemente.   —También me tengo que ir, Bastian espera por mi.— sin más la castaña tomo su bolso y se levanto sin antes abrazar a los niños con cuidado.   —¿Trajiste auto?— pregunté, la chica negó con una sonrisa.   —Bastian esta en la entrada, me tengo que ir, cuídate y espero conocer a tu galán.— accedí más que nerviosa para besar su mejilla, era de esperarse que el hombre no bajara de su auto.    —Cuídate mucho y a Mía.— murmuré al recordar el nombre que esta había escogido para su pequeña.    —Nos vemos pronto Nilü.— esta vez abracé a Niall quien sonreía felizmente, tal vez había resuelto sus diferencias con carriz.   —Valora lo que tienes Niall.— susurré para ambos al dejar un beso en su mejilla.   Aquella escena era común en nuestra familia pues éramos un desastre como familia, la seriedad solo existía frente a una cámara pero la realidad era otra... éramos como una comedia o incluso una película de la triste realidad.    Cada uno tenía distintos problemas y su propia historia, Niall con su matrimonio no muy bueno con Carriz y dos hijos de por medio... Nia junto a Bastian y su extraña relación tóxica... el sujeto decía que Nia era suya y que nadie más la podía tener, sin mencionar que ahora esperaban una hija, Nixon quien tenía una carrera en el mundo del modelaje muy prometedora y su relación prohibida con Khloe por ser latina... y en cuanto a mí... Barron me había dejado y había mentido sobre una relación que no existente con aquel desconocido.
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