POV Herse —¿Qué? —dije, confundida y aturdida. Sabía escuchar su respuesta, pero no sabía qué otra cosa decir. Todas las palabras que habían estado organizadas en mi mente desaparecieron con tan solo unas pocas palabras suyas. Mi mente estaba en blanco, mis labios temblaban y mis ojos ni siquiera podían parpadear. Era como el impacto de un rayo que llega sorpresivamente, sin manera de poder prevenirlo. —Te pido perdón. Soy mayor que tú; debí haberme comportado, haber pensado mejor las cosas y no cometer ese error, el error más grande de mi vida. Te juro que jamás voy a poder perdonármelo. Será algo que atormentará mi mente y me perseguirá hasta el fin de mis días. Cada palabra que pronunciaba, cada sílaba que salía de sus labios, era como si una pala de tierra me enterrara en un hoyo en