Rebecca

- ¡Felicidades! Los aplausos no tardaron en resonar por toda la habitación. - ¡Por Rebecca! Agradeció compuesta rogando acabar rápidamente con aquella locura. Hace dos semanas su vida giraba en torno a la tan esperada ceremonia de egreso, sin embargo, con una tesis a cuestas, su tan esperada titulación no parecía satisfacer adecuadamente sus ambiciones. - Es decir, solo pienso que deberíamos celebrar como corresponde. Rebecca observó a Sara mientras sus ojos destellaban emociones inciertas. - Aun debo presentar mi examen – aclaró sirviendo más vino en su vaso. - Lo harás magnifico – agregó Aurora con sus ojos verdes abiertos en seguridad.  - Eres mi mejor amiga, tu misión en la vida es decir ese tipo de cumplidos – soltó Rebecca elevando la copa hacia las muchachas. - El que debería estar dando cumplidos es Gabriel – Agregó Sara mordaz- ¿dónde está? Acaso no sabe que es su obligación estar presente en los triunfos de su novia. - Está ocupado…- susurró Rebecca sin dejar que aquello afectara su celebración. - ¡Dios! Muy ocupado llevando el maletín de su papá – soltó Aurora junto a una carcajada. El silencio entre las mujeres se vio interrumpido por el mesero cogiendo las botellas desocupadas sobre la mesa; sus ojos marrones se posaron fugazmente en el azul penetrante de Rebecca. Si bien estaba acostumbrada a ello, cuando se trataba de celebraciones sus hormonas revoloteaban con más fuerza que nunca. Sostuvo la mirada lo suficiente como para incomodar al muchacho provocando un balanceo en su bandeja. - Lo siento – se excusó logrando invadir su rostro de un suave carmín. Las desventajas en su tono de piel calaban hondo ante cualquier bochorno. Más cuando su cabello rojo resaltaba en mechones de fuego. - Lo has cogido con la mirada – soltó Sara una vez el muchacho hubo abandonado su mesa. - Y lo ha notado – agregó Aurora abandonando toda compostura en su temperamento. - No puedes hablar de mi novio y enseguida estar liándome  con otro hombre- replicó divertida. - Gabriel no es el novio adecuado para ti. Aún no termina su maestría, es un intento de abogado sin título. Y hoy no está aquí porque lo descoloca que hayas terminado la Universidad antes que él. - Me apoya – cuestionó Rebecca entre dientes- ¡llevamos seis años! creo que las cosas podrían comenzar a mejorar. Terminaré mi tesis, conseguiré trabajo y al fin podrá dejar de lamer el culo de su papá. Las mujeres rieron conforme el alcohol lograba su efecto. - Además tengo planes, realmente los tengo. Y no todos necesariamente lo incluyen. - Cuéntanos –solicitó Aurora. Rebecca la observó notando nuevamente el rojo invadir su rostro. Hablar sobre aquello parecía rebelar cierta intimidad secreta. Aurora parecía una pequeña ardilla mientras abría aquella nuez con su boca. Sus ojos verdes más grandes de lo adecuado resaltaban brillantes en contraste a su piel canela. - Si Becca, cuéntanos. - Bien… verán – Rebecca inhaló profundamente antes de encarar el rostro latino de Sara expectante- Viajaré a Nueva Orleans. Las muchachas desconcertadas necesitaron unos minutos para comprender aquello. Latinoamerica era una arista del mundo donde viajar por diversión no existía como opción para una recién graduada. Menos cuando su familia se había deslomado intentando mantener sus comodidades a la altura de Gabriel.  Un novio acomodado que no conocía el real esfuerzo. - ¿Con Gabriel? – cuestionó Aurora  confundida. - No. iré sola. Ya he comprado los pasajes – confesó rápidamente. - Debes estar bromeando – exhaló Sara. - Bien, no es tan descabellado, es decir, mi tesis es sobre Historia y mitología urbana. Nueva Orleans es la cuna de las brujas. Debo estar allí. Lo debo sentir.   - Oh nena – susurraron las muchachas entre risas- es demasiado esfuerzo para un examen… - No pretendo que lo comprendan – excusó pasando sus manos por el rojo de su cabello- Además podré conocer Misisipi. - Y los pantanos. – agregó rápidamente Sara- Mi tia fue hace unos años, dijo que todo es bastante.. rústico. - Eso es lo que deseo conocer, necesito… necesito ver. Sino, no sé que diablos hice 5 años en la facultad. – exclamó entre risas- yo creo que la mitología existe, creo que debe haber algo que desconocemos. Por ahí, oculto. –su tono estoico logró erizar los nervios en las mujeres.  - Mierda Becca – soltó Aurora bebiendo un sorbo a su licor- hay cosas que es mejor no remover.  Rebecca acarició sus aros dorados como acostumbraba cada vez que se enfrentaba a un desafío. - Ya es tarde para cambiar de opinión.– confesó bebiendo todo el vino en su copa- Partiré mañana. . .