Capítulo 11. Abriendo los ojos... una sorpresa inesperada. Solo unas horas después, sin haber indicios de que el primer rayo de sol se filtrara por las cortinas, ya que todavía no amanecía. Alicia abrió los ojos asustada, no era su habitación y mucho menos su cama y, al ver el rostro tranquilo de Piero durmiendo a su lado, un nudo se formó en su estómago. Sabía que era el momento de irse, pero había dormido tan bien, que era como si su cuerpo quisiera permanecer en ese colchón por un tiempo más. Con cuidado, se arrastró por la cama hasta bajarse y levantarse sobre la alfombra, luego recogió sus cosas una por una, no era mucho considerando la forma como llegó vestida, se colocó la braga y el vestido. Tomo su pequeña bolsa y salió de la habitación sin hacer ruido. Cada paso hacia la sal