Rotten Heart

En la noche del primero de septiembre un pequeño niño de ocho años lloraba frente al enorme lago que era iluminado por la hermosa luna. A Jungkook le gustaba mucho ese lugar ya que así nadie podía verlo llorar y su mamá lo dejaría en paz. Aún con lágrimas cayendo por sus mejillas tomo una piedra lanzándola al lago haciendo un sonido agradable. —Siempre dice que vendrá...— Miró hacía la luna, hablando con ella como todas las noches—. Y al final yo siempre me quedo esperando... Estaba ya cansado de las promesas de su padre, siempre prometía estar en su fiesta de cumpleaños pero él nunca llegaba. —Sopla las velitas mi amor.—Habló su madre sonriendo y animando a todos los demás invitados. A Jungkook le daba vergüenza tanta atención sobre él, pero aún así asintió y cerró los ojos. Que mi padre entre por esa puerta. Soplo con todas las fuerzas abriendo los ojos y sonreír a toda su familia que aplaudían muy energéticos. Mientras su madre cortaba el pastel Jungkook no dejó de mirar la puerta, esperando a que su padre entrara con un enorme regalo, bueno el regalo era lo de menos, Jungkook sólo quería que su padre estuviese con él en un día muy especial. Pero nunca llegó, su familia se había ido deseándole feliz cumpleaños mientras que Jungkook seguía sentado en la mesa mirando la puerta. Su madre lo miraba con tristeza mientras que limpiaba la mesa y guardaba el pastel. —Cariño —acarició la cabeza del menor—, lo siento, tu padre tuvo una emergencia de trabajo. Jungkook apartó la mano de su madre bajando de la silla. —Él prometió venir esta vez... Es un mentiroso. Su madre lo miró con tristeza, no sabía que decirle a su pequeño hijo, sus palabras de consuelo siempre eran las mismas pero no podía hacer más. Su padre tenía que trabajar mucho para que vivieran muy cómodamente. Desde los ocho meses Jungkook comenzó a caminar correctamente, cosa que asustó a su madre y su padre se sintió orgulloso de él. Cuando Jungkook cumplió los diez meses ya hablaba correctamente, era de pocas palabras pero las decía como un niño de seis años. A sus tres años comenzó a leer. A sus cinco años Jungkook descubrió su amor por la fotografía, una vez por curiosidad tomo la cámara que estaba en la mesita de la sala, tomo muchas fotos interesantes cosa que sorprendió a sus padres de nuevo. Su padre decidió regalarle su primera y nueva cámara profesional a sus seis años. Cuando entro al Kínder Jungkook no era de hacer muchos amigos, sus maestras estaban fascinadas con el pequeño. Tanto era la inteligencia de Jungkook que la escuela lo adelantó dos años. A sus cuatro años Jungkook entró a la primaria. Y para el pequeño todo seguía siendo demasiado fácil. Aprendió números muy altos, Jungkook era un completo genio. Un día una carta llegó a su casa desde la escuela de Harvard, invitando a Jungkook a que se uniera en cuando cumpliera los doce años. Sus padres se negaron rotundamente, querían que su hijo viviera una vida como cualquier niño, todavía no estaban muy convencidos de haberle adelantado dos años. Su madre suspiró con tristeza, hace dos años atrás a su padre lo ascendieron a jefe de una base militar en corea del norte, era una gran oportunidad para él y toda su familia. Es por esa razón que no podía estar siempre con ellos. Con suerte se miraban dos veces al año. —Voy al lago. Habló Jungkook pasando de largo a su madre escuchando un "con cuidado" de parte de ella. Se sentía muy triste, quería regresar los tiempos en donde todo el tiempo se la pasaba jugando con su padre, un día que jugaban cerca del lago su madre salió corriendo llamando a su padre. El general jefe de su padre fue en persona hasta su casa, dándole la noticia de que sería su reemplazo. Era una gran oportunidad para su padre, él estaba muy orgulloso de él, pero no contaba con que no se volverían a ver como siempre. Limpió sus lágrimas mirando a la enorme luna frente a él, era muy agradable hablar con ella, ya que no hablaba y lo regañaba como su madre. No tenía nada en contra de ella, la amaba pero no era lo mismo. Con la luna podía soltarse a llorar como un bebé y no lo juzgaba, su madre tampoco pero bueno, son cosas muy diferentes. La luna se miraba muy hermosa esa noche, era más grande que las otras noches y Jungkook lamentó no traer consigo la cámara, no quería regresar a casa porque su madre no lo dejaría salir de nuevo. —Eres más hermosa que todas las noches, sabes que es mi cumpleaños ¿no? Por eso te pusiste más hermosa. Lanzó otra piedra al lago con fuerza, se agachó dispuesto a tomar otra piedra y lanzarla pero se quedó quieto en cuanto una piedra cayó al lago. No había sido él y rápidamente se giró en varias direcciones buscando al responsable de haberlo asustado. Un niño más alto que él se encontraba de pie sonriente jugueteando con una piedra en su mano, Jungkook lo conocía, estaban juntos en clases pero nunca habían hablado antes. ¿Qué hacía él en el lago? Jungkook apretó la piedra con fuerza, odiaba cuando se ponía nervioso cada que algún extraño hablaba con él. Ambos se miraron por largos segundos, y aunque Jungkook se moría de los nervios no dejaría que lo mirase asustado, además ese chico tenía una sonrisa que en ningún momento desapareció. Jungkook lo miraba serio con la barbilla hacia arriba, queriendo intimidar al mayor que lo miraba de pies a cabeza. Se asustó cuando el mayor lanzó la piedra al lago, Jungkook por reflejo miró al lugar donde cayó la piedra, pero en cuando se dio la vuelta para ver a aquel chico se asustó al verlo mucho más cerca de lo que estaba antes, retrocedió apretando más la piedra en su mano, listo por si ese niño se le ocurría hacer algo y lanzarla a su cara. —Tú eres Jungkook, el niño genio del salón. La voz del niño llamó la atención de Jungkook, era muy gruesa para ser de un niño, aunque sabía que era dos años mayor que él seguía siendo un niño. Jungkook no respondió simplemente le siguió con la mira cuando camino hasta acercarse más al lago y tomar otra piedra para lanzarla. —Tú nunca hablas, ¿cierto? en el salón eres muy callado...—Espero una respuesta pero Jungkook seguía sin decir nada, al no ver respuesta tomo otra piedra y la lanzó al lago, haciendo que la piedra diera varios brincos sobre el agua, Jungkook se sorprendió jamás había podido hacer eso y el chico parecía hacerlo con facilidad. Jungkook miró la piedra en su mano, esa que hace unos minutos apretaba con fuerza, quería hacer lo que el niño había hecho, pero se vería muy tonto si lo intentaba y fallaba. No quería que ese niño se burlara de él. El otro niño se dio cuenta de las intenciones del pelinegro y sonrió, lanzó otra piedra sintiéndose genial cuando de reojo miró al pelinegro mirarle con asombro. —¿Quieres intentarlo? —Jungkook no respondió—. Sólo debes lanzarla de lado y suave. Todo está en la muñeca mira. Lanzó otra piedra sonriendo al ver que hizo cuatro arcos seguidos, Jungkook miró atento las acciones del mayor. Miro la piedra en su mano derecha y imitó el acto del mayor, lanzándola como él lo había hecho pero fue todo lo contrarío, la piedra se sumergió en el primer intento. Jungkook se puso rojo de la vergüenza, esperando a que él niño se burlara de él pero nada sucedió. Al contrarío, cuando levantó la cabeza el niño le sonreía, Jungkook sintió algo en su pecho. —Es normal fallar a la primera, yo intenté más de cincuenta veces hasta que por fin lo logré. —Lanzó otra piedra—. Mi hermano mayor me enseñó. Jungkook sólo escuchaba al mayor hablar sobre su hermano, nunca respondió pero seguía escuchando con atención. Jungkook lanzó la piedra en muchas ocasiones fallando en todas, el mayor le ánimo a que siguiera practicando. —¿Es tu casa la que está atrás de nosotros? —Jungkook asintió—. Yo vivo en la casa de alado, nos mudamos apenas hoy. Soy Taehyung por si no sabías y estamos en el mismo salón, también por si no lo sabías. Jungkook asintió avergonzado, jamás había cruzado palabras con Taehyung en la escuela ya que no era de hacer amigos, no le gustaba hablar con nadie, los chicos que se acercaban a él los ignoraba. —Eres muy callado en el salón, una vez te hablé pero me ignoraste, odio cuando hacen eso-Taehyung hizo un puchero y Jungkook se alarmó. —Lo siento, no lo recuerdo. —No importa, había mucho ruido y solo te hablé una vez. Deberías juntarte con nosotros Jungkook nuestro equipo es genial. Jimin y Hoseok son muy buenas personas. —No yo no...— Negó avergonzado. —Ahora que somos amigos tendrás que juntarte con nosotros en la escuela, nuestra pandilla es genial y estoy seguro que te divertirás con nosotros. —No quiero. —Jungkook habló serio, era verdad. No quería involucrarse con más personas. —Yo cuidaré de ti, lo prometo. —La voz de Taehyung sonó más ligera, tan suave que Jungkook sintió revolotear su estómago, asintió sin dejar de ver la sonrisa que el mayor le mostraba. En serio que debió haber traído su cámara—. El lunes te presentaré a mis amigos, pero sólo hay una cosa que debes prometer Jungkook. —¿Qué cosa? —Solo yo seré tu mejor amigo. Hoseok y Jimin son míos y no puedo compartirlos, lo siento. Suficiente con dejar que te juntes con ellos. Jungkook asintió sin dejar de mirar el rostro de Taehyung, ni siquiera le había puesto tanto atención a lo que había dicho, era tan hermoso que en serio quería tomarle una fotografía. Taehyung quería agregar algo más pero la voz de la madre de Jungkook los interrumpió, ambos se giraron al ver a la mujer de pie sonriendo. —Jungkook cariño es hora de entrar a la casa. —Jungkook asintió caminando hasta quedar a un lado de ella. —Mamá él es Taehyung estamos en el mismo salón...—Taehyung sonrió a la mayor acercándose a ambos. —Hola soy el mejor amigo de Jungkook un gusto. —La madre de Jungkook se sorprendió al escuchar a Taehyung, una sonrisa salió de sus labios y las ganas de llorar no hicieron falta, por fin su hijo tenía amigos. —Es un gusto Taehyung te encargo a mi bebé. —Jungkook le dio un golpecito en la pierna sintiéndose avergonzado, escondiéndose detrás de su madre, no quería que Taehyung lo mirara sonrojado. —Claro que si, soy dos años mayor que él así que tengo la responsabilidad de cuidar de él. —Hyung... —Susurró para él pero Taehyung alcanzó a escuchar sintiéndose feliz—. Mamá, ¿podemos darle pastel a Taehyung? Su madre asintió feliz invitando a Taehyung a que entrara a la casa, los dos menores se sentaron en la silla mirando como la madre del menor dejaba el pastel a la mitad en la mesa, era de chocolate y por primera vez Jungkook probaría su pastel en años. Ambos comían felices el pastel mientras que su madre sin que se dieran cuenta tomo varias fotos enviándole unas cuantas a su esposo. Quería llorar de la felicidad, nunca había visto a Jungkook tan feliz y no dormiría llorando recordando que su padre no había ido a su cumpleaños de nuevo. Los tres salieron de la casa en camino a la casa de Taehyung que se encontraba a un lado de la suya, Taehyung en sus manos llevaba un pedazo de pastel que la madre de Jungkook había envuelto en aluminio para que los dos hermanos mayores y su padre comieran un poco. Mientras que la madre de Jungkook hablaba con el padre de Taehyung dándoles la bienvenida al vecindario ambos estaban en el jardín hablando sobre la llegada del lunes. Jungkook estaba nervioso por conocer a los amigos de Taehyung, quería agradarles sólo por él. La hermosa amistad que Taehyung y Jungkook tenían era la mejor de todas, cosa que puso muy celoso a Jimin y Hoseok, bromeando con Taehyung llamándolo traidor, pero en cuanto Jungkook aparecía los dos se derretían por él, decían que era una cosa muy bonita que debía ser protegida por los tres. Con el tiempo los cuatro fueron creciendo juntos. Taehyung no dejaba de proteger a Jungkook que a su forma de verlo era un niño muy tímido, muy sensible y lindo. Taehyung debía tratarlo con delicadeza y mucho cariño. Jungkook se dejaba mimar del mayor. Taehyung debía protegerlo del mundo, porque Jungkook era un ser inocente a ojos de él, un ser muy puro que debía proteger a toda costa.                                                                        Once años después. Jungkook a sus veinte años había rechazado infinitas invitaciones de diferentes universidades, Harvard todavía le seguía enviando correos pero no les respondía. Jungkook quería terminar sus estudios en Seúl, lugar al que se tuvieron que mudar por la universidad. La familia de Taehyung también se mudó a Seúl ya que el hermano mayor de Taehyung daría clases y él comenzaría sus estudios junto con Jungkook. Las clases habían iniciado en agosto, pero ahora todos ya estaban planeando el baile navideño. Como volaba el tiempo. Jungkook estaba sentado en la orilla de la cama, mirando a un punto fijo dejando que los pensamientos lo consumieran, no tenía ganas de nada. Miro la hora en el reloj que se encontraba en la mesita de noche. Era hora de su siguiente clase, tenía que llegar ya que se había saltado las dos primeras, además Taehyung le había estado llamando toda la tarde. Tomo la camisa blanca del suelo para ponérsela seguido de los zapatos. Busco su mochila con la mirada caminando hacia ella a pasos lentos, no quería hacer mucho ruido, cosa que fue inútil ya que la segunda persona se movió entre las cobijas. —¿Te vas ya? Jungkook asintió sin mirarle, colocándose la mochila en un solo hombro. Se metió al baño para lavar su cara y peinar el cabello. Su ceño se frunció al ver una marca roja en su abdomen, suspiró abrochando la camisa con molestia. Salió del baño buscando al mayor que ya no se encontraba en la cama, si no que ahora estaba fuera en el balcón con un cigarrillo en la boca, estaba completamente desnudo sin importarle que alguien le viera. Jungkook no se podía quejar, era una linda vista. Jungkook camino hacia él quedando a un lado mirando lo alto que se encontraban en ese departamento. —Me voy primero, la quinta clase comenzará en media hora. —El mayor asintió aspirando más del cigarrillo. —Puedes ir conmigo de todas formas vamos al mismo lugar. —Jungkook se dio la vuelta saliendo del balcón. —Nos vemos en clases profesor Min, por favor no llegue tarde. El mayor no pudo evitar sonreír lanzando el cigarro al vacío importándole poco que le cayera a alguien en la calle. Jungkook salió del departamento corriendo para alcanzar el autobús, si no lo tomaba a tiempo llegaría tarde a clases. Por suerte el autobús aún no partía, Jungkook acostumbraba a sentarse en los asiento de atrás, se pegó a la ventana colocándose los audífonos desconectándose del mundo exterior. Saco la cámara de su mochila picando el botón de encendido, miro las fotos que había tomado recientemente. Había una foto de él dormido desnudo. Jungkook volteó los ojos pero no la borró, sabía quien había sido pero no importaba, tenía muchas iguales. Su cámara era algo muy especial en donde guardaba momentos de su vida, era como un diario en fotografías. Era la cámara que su padre le había regalado cuando era pequeño, la cuidaba con su vida pues era el único recuerdo que le quedaba de él. Su padre murió cinco años atrás. Jungkook guardo la cámara en su mochila de nuevo cuando el autobús se retuvo frente a la universidad, en el camino chocaba con varios de sus compañeros como todos los días. Desesperados por llegar a la clase a tiempo. Justo ahora tenía clases de piano. Se sintió triste al no ver a Taehyung en los pasillos, podría ser que se le hizo tarde o olvidó que aún habían más clases en la tarde. Llegó al salón donde ya varios de sus compañeros se encontraban hablando entre ellos. Jimin le sonrió palmeando el asiento de su lado, invitándolo a que se sentara. Jungkook se acercó quitando su mochila dejándola a un lado del asiento. Jimin quito los audífonos de Jungkook para que le escuchara, llevaba como Díez minutos contándole algo pero el menor soló miraba al pizarrón ignorándole. —Te estoy hablando Jungkook. —¿Qué sucede hyung? —¿Que si hiciste la tarea del profesor Min? — Los recuerdos en el balcón con el mayor vinieron a la mente del menor. Jungkook miro a los ojos a Jimin. —Sí, ¿tú? —No, me quede dormido toda la tarde. por eso te pregunte a ti, para que me la pasarás. Jungkook volteó los ojos tomando su mochila para sacar el cuaderno de piano, a Jimin no podía decirle que no de todas formas. El mayor tomo el cuaderno de Jungkook agradeciendo incontables veces. Todos los días era lo mismo. Jimin copiaba todo lo que estaba en el cuaderno de Jungkook al suyo. La puerta se abrió y todos guardaron silencio al ver al Profesor entrar con un maletín en sus manos. —Buenos días chicos. —Todos contestaron felices, mas las chicas—. Hoy formaremos parejas pero antes quiero que todos dejen la tarea en el escritorio para revisarla después. Todos se acercaron a dejar los cuadernos en el escritorio, Jungkook le quitó el cuaderno a Jimin quien con un puchero se lo entregó, hoy Jimin daría la tarea incompleta. Jungkook le tendió el cuaderno al mayor con esa mirada seria, que al mayor claro le encantaba. Min tomo el cuaderno no sin antes rosar la mano del menor y guiñarle. Jungkook se enderezo apartando la vista del mayor caminando de nuevo a su lugar, hizo contacto visual con Jimin, quien suspiró continuando con su tarea incompleta. Jungkook no le dio mucha importancia. —¿Sabes algo de Taehyung? —Habló Jungkook cerca de Jimin. —No, hoy lo mire en la mañana porque me pidió dinero prestado, después de ahí nada. ¿Por qué no le preguntas al profesor Min? Jungkook le miró serio, negando varias veces. —¿Para qué? —Es el hermano mayor de Taehyung él debe saber en dónde está ¿no? —A-h si, tienes razón. —Jungkook mordió el labio inferior. Claro que no preguntaría nada. Las clases siguieron su ritmo tranquilamente hasta que las siete de la noche dieron aviso de que las clases terminaron por el día de hoy. Jimin y Jungkook caminaban tranquilamente por la escuela para ir a casa por fin. La noche había caído sobre ellos, todos los alumnos caminaban desesperados por salir. —¡Jungkook! ¡Jimin! Ambos mencionados voltearon y sonrieron al ver a Hoseok y Taehyung caminar hacia ellos. —¿Se van ya? —Preguntó Taehyung mirando sólo a Jungkook.  —Yo estoy muerto, quiero irme ya. —Jimin se despidió de todos y se alejó. —Creó que yo también me voy, tengo mucha tarea así que... —Cuídate hyung. Hoseok de despidió de ambos dejándoles solos. Taehyung abrazó al menor por los hombros haciéndolo caminar junto a él, Jungkook se puso nervioso de pronto. —Te llamé en la tarde pero no contestabas, quería salir a comer algo contigo. —Dijo algo serio. Odiaba ser ignorado por el menor. Jungkook medio sonrió en respuesta pensando en alguna excusa. —Lo siento hyung, pero me quedé dormido. —Taehyung frunció el ceño y lo detuvo. —Pero tu madre dijo que no estabas en casa. —El tono de su voz era molesta. Jungkook se tensó. —Me quedé dormido en la biblioteca. —Se excusó, no parecía que Taehyung se tragaría eso por la forma en la que lo estaba mirando, pero de la nada si expresión cambió y sonrió. —¡Oh! Mi bebé siempre tan estudioso —Volvió a abrazar al menor caminando de nuevo—, no quiero ir hoy a casa ¿puedo quedarme en la tuya? —Claro hyung, mamá preparó algo rico. —¡Entonces vamos! -Jaló a Jungkook para que caminará más rápido—. No hay que hacer esperar a la señora Jeon. Taehyung amaba quedarse en casa del menor y también amaba la comida de su mamá. En todo el camino Taehyung no dejaba de bromear para que el menor fuera feliz. Sea como sea Jungkook ahora para Taehyung el menor siempre sería un niño inocente al cual debía proteger. Era como su hermano menor, y de vez en cuando bromea con él diciéndole que eran novios, pero no entendía el porqué a veces Jungkook se molestaba. —Mamá estamos en casa. Su madre se levantó del sillón recibiéndolos con un abrazo. La comida estaba lista desde hace un buen rato y sólo faltaba que ellos llegaran para poner la mesa. —Mis niños, vamos a comer antes de que la comida se enfríe. Ambos asintieron caminando a la cocina, la madre de Jungkook se giró para apagar la televisión pero las imágenes la detuvieron. "En otras noticias se reporta un curioso caso de canibalismo en Francia, un hombre de al menos treinta años se lanzó a una jovencita de catorce años mordiéndole la mitad del rostro, las imágenes son un poco fuertes así que tomen esto con discreción, según las autoridades el hombre tiene un tipo de trastorno mental. Pero lo extraño fue que la niña comenzó con un comportamiento extraño y casualmente ayer también s- " —¡Señora Jeon, Jungkook rompió un plato! La mujer se asustó apagando la televisión para correr a ver el desastre que sus pequeños habían ocasionado. Sus pequeños de veinte años... —Yo no fui hyung, a ti se te resbaló. —¿Están bien? —La mujer entro a la cocina mirando a ambos chicos que se miraban con reproches. —Señora Jeon, lo siento... —No importa cariño, lo bueno es que no te pasó nada, Jungkook ve a poner la mesa, Taehyung cariño tú toma asiento. Jungkook indignado siguió poniendo los platos sobre la mesa, la cena era tan genial como siempre que Taehyung llegaba a su casa. Ambos agradecieron la comida para subir a la habitación de Jungkook, deseándole buenas noches a su madre. —Deberíamos bañarnos juntos como antes Jungkookie —El menor se sonrojo negando varias veces, a Taehyung le gustaba molestarlo—. Es broma, me bañare primero cariño. —H-hyung... —Bien, ya no te molestare más. Jungkook asintió aliviado, le gustaba mucho Taehyung desde hace años. Desde la primera vez que lo miro en el lago. Si Taehyung seguía diciendo esas cosas no tardaría en confesarle sus sentimientos. Ambos se acostaron en la cama del menor, cansados por el largo día, la universidad era muy diferente a la secundaria. —Jungkook...—Taehyung susurró.—. ¿Estás despierto? —Sí. Taehyung se dio la vuelta mirando a Jungkook de frente, apenas y se podían ver por la oscuridad, pero sentía el rose de sus narices. —Tengo que contarte algo —Jungkook asintió con los ojos cerrados—, es importante. —Habla. —Tú y yo somos mejores amigos así que tengo que contarte esto a ti primero. —Ya dime. —Jungkook se quejó, aún con los ojos cerrados. —Me gusta alguien.—La voz de Taehyung salió rasposa, estaba nervioso, no sabía si su mejor amigo reaccionaría bien, ya que esa persona era un chico y alguien que conocía muy bien. —¿Quién? —El corazón de Jungkook se aceleró, era tonto pero tenía la esperanza de que dijera su nombre. —Promete no juzgarme. —Lo prometo hyung. —Jungkook apretó el cobertor. —Jimin —Soltó seguro—, me gusta Jimin. Pareciera que el aire de Jungkook abandonaba sus pulmones, el dolor en su pecho se hizo más doloroso que las otras veces en las que Taehyun decía que le gustaba alguna chica. Pero ahora era Jimin, uno de sus amigos. Un clic hizo en la mente de Jungkook. Es por eso el trato diferente hacia Jimin... —¿Jungkook? —Te escuché... —¿Me ayudarás? —Se acercó más al menor, juntando por completo sus narices—. Tú pasas más tiempo con él en clases. Por favor, ¿harías eso por mí? Jungkook quería gritarle, decirle que era un idiota por no darse cuenta de sus sentimientos, pero Taehyung no tenía la culpa y Jungkook lo sabía. Era cual de él por no decir lo que sentía mucho antes. Pero siempre creyó que Taehyung ya sabía o al menos tenía una pequeña sospecha. Algunas veces creyó que le gustaba un poco a Taehyung, ya que a veces lo trataba como si fuera su pareja, pero que equivocado estaba, Taehyung estaba enamorado de Jimin. Jungkook apretó los puños sintiendo la rabia y la tristeza recorrer su cuerpo. Quería gritarle y decirle lo que siente, quería decirle que él ha estado enamorado durante once años. Mas Jungkook sólo asintió sin decir palabra alguna. Taehyung sonrió. —Muchas gracias, sabia que debía confiar en ti. Gracias por ser mi amigo Jungkook. El mayor se acercó besando la frente de Jungkook, ambos cerraron los ojos. Jungkook ya no pudo retener más las lágrimas así que se giró dándole la espalda al mayor, Taehyung sonrió pegándose más al cuerpo del menor para abrazarlo por detrás, apoyando su barbilla en el cuello del menor, ajeno a las lágrimas de Jungkook. —Eres un idiota Taehyung... Jungkook susurró al ver a Taehyung completamente dormido. Se levantó tomando la cámara que reposaba en la mesita de noche. Salió al balcón sintiendo el frío de la noche. Mirando las imágenes que en la cámara había, eran muchas fotos juntos, sonrió con tristeza. —Hay una voz en mi cabeza diciendo que te diga la verdad, pero, ¿Cuál verdad? Una gota cayó en la pantalla de la cámara, Jungkook seguía pasando las fotos una y otra vez, llegando a las fotos de cuando eran niños. —Tenemos que darnos un tiempo Taehyung. Apagó la cámara regresándola a la mesita, salió de su habitación hasta llegar a la de su madre. Necesitaba consuelo. Esa noche lloró en brazos de su madre.