Wailani Clark es una joven mujer que vive por y para proteger a los perros y gatos abandonados, amante de los tatuajes y los deportes extremos, dejando de lado el romance que cualquier chica de su edad sueña con tener.
No le preocupa su apariencia, no desea enamorarse; solo disfruta intercambiar algunos besos a escondidas con uno de los guardaespaldas de su padre, debido a la adrenalina que esto le provoca al tratar de no ser descubierta.
Erick Stewart, heredó una gran fortuna después de la muerte de su abuelo materno, lo que lo convertirá en uno de los mayores accionistas del hospital que dirige Taydon Roberts. Dada a la vida desordenada que solía llevar, la única condición que le dejó su abuelo en el testamento para hacerse cargo de todos sus negocios, es que debe de encontrar una esposa hermosa y elegante en doce meses, condición que no la encuentra difícil al conocer a Mérida Roberts, la hija del hombre que dirige el hospital, su único obstáculo, es que esa hermosa pelirroja por la cual se siente atraído, está enamorada de otro hombre, quien resulta ser el guardaespaldas con el que Wailani suele jugar a besarse a escondidas.
Wailani desea recuperar a su guardaespaldas, Erick necesita enamorar a Mérida, un trato los une a ambos para lograr su objetivo: fingir estar enamorados para dejar ver a los otros implicados que ellos son los indicados. Un trato donde ambos saben que al final: “Quien se enamora pierde”
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