Vida pasada

1478 Words
El amor puede ser peligroso en algunas ocasiones, uno nunca sabe de quien se puede enamorar y nadie sabe hasta dónde es capaz de llegar por ese amor. La historia que quiero contarles, no me sucedió a mi directamente, pero si fui participe. ¿Alguna vez han escuchado de las vidas pasadas?, muchas personas no creen en eso, pero yo fui testigo de que es algo real. Esta es la historia de una pareja que estaba destinada a estar junta, fueron hechos para amarse y lo harían hasta el final de sus días. Era una historia de nunca acabar, pues estaba destinada a repetirse una y otra vez. Comenzaré mi historia diciendo que soy gitano, trabajaba como tarotista y consejero espiritual, pero también realizaba toda clase de rituales que ayudan o destruyen a las personas, era conocido por tener las predicciones más acertadas y todo se lo debía a mis dioses. La historia comienza con el señor Alejandro Roman, él era un joven empresario hijo de uno de los millonarios más poderosos del país. Él era alguien que nunca había sido un hombre normal, tenía ciertos fetiches que muchos podrían considerar como anormales. Desde que era niño, sus padres siempre le habían inculcado el arte de las finanzas, y apenas tenía tiempo de socializar con los demás niños. Su pubertad fue muy solitaria pero cuando se graduó de la universidad, consiguió mucho más éxito que la mayoría de jóvenes de su edad. Se convirtió en un empresario exitoso a los 21 años y su madurez mental era superior. Sus padres eran dueños de media ciudad y tenían contacto con las personas mas influyentes del país; los mejores abogados, políticos, periodistas y empresarios, mantenían fuertes relaciones de amistad con ellos y le gustaba aprovechar de ese beneficio para conseguir cualquier cosa que quisiera. A pesar de su inmensa fortuna, el trabajo administrativo le aburría algunas veces y por ese motivo se puso a buscar pasatiempos que ayudarán a calmar su mente. Se unió a un taller de teatro y desde ese momento desarrolló una fuerte pasión por esa rama artística. El profesor era un excelente actor que trabajaba en varias series y películas nacionales, notó el talento que Alejandro tenía y le enseño lo mejor que pudo para que sacara todo su potencial, le consiguió trabajo como maestro sustituto en su escuela y desde allí, comenzó una romántica y trágica historia de amor. El profesor Juan Mendez enseñaba clases en una de las escuelas secundarias más importantes, un día tuvo que presentarse en un teatro y le pidió a Alejandro que lo sustituya. El lo dude al principio pues no tenía ni la más pálida idea de cómo enseñar, pero aceptó. Se presentó en la escuela y todo marchó bien, los estudiantes lo escuchaban atentos y su relación con los demás maestros era buena. Nada parecía salir mal, hasta que una nueva alumna llegó y de repente, toda su atención se centró en ella. Se llamaba Anubis y era una joven de cabello n***o, ojos marrones y tez blanca que siempre parecía estar metida en su mundo. Acostumbraba llegar tarde y era bastante callada. No sabía porque, pero algo en ella le fascinaba, no sabía si se debía por el interés de volver realidad sus fantasías o por el simple hecho de que era sumamente atractiva. No solo le atraía el físico, el podía entenderla sin necesidad de que ella hablara, tenía una mente madura para su edad y le hizo recordar sus épocas de colegio. Acostumbraba observarla en el recreo y se sentía muy identificado con ella, al igual que ella, él siempre estaba solo y todos sus compañeros lo tachaban de raro, por esa razón, las veces que platicaba con ella, eran sus momentos favoritos del día, le llamaba la atención que tuviera una mente tan abierta a su edad, sentía que su energía era mágica. No sabia como explicarlo pero sentía como si la conociera de toda una vida. Desde que comenzó con el teatro, también empezó a tener interés en el mundo esotérico. Le llamaba la atención la lectura de cartas y todo ese mundo oculto que los humanos no lograban ver. Al analizar a Anubis, se dio cuenta que poseía un alma antigua y eso lo cautivó aún más. Esa noche tuvo una revelación, soñó que estaban en una relación amorosa, mantenían relaciones en medio de un bosque bajo la luz de luna y un grupo de gitanos los observaban mientras bailaban alrededor de una fogata. La misma visión, se comenzó a repetir una y otra vez, y decidió consultarlo conmigo. Me contó un poco de su historia y una imagen se formó en mi bola de cristal, le dije que Anubis había sido su novia en una vida anterior y que estaban destinados a casarse, pero un trágico accidente causó su separación. De vez en cuando me gustaba jugar con los clientes y solía exagerar las visiones solo para ver la reacción que tenían. Mi visión lo dejó pensando pero no le dio mucha importancia, hasta que poco a poco se comenzó a enamorar de ella. El maestro anterior ya no pudo seguir dando clases, por lo que, le pidió que lo reemplazará por el resto del año. Aprovecho la situación para acercarse a ella. Noto que también le gustaba mucho el arte e inició un taller de teatro en la escuela. Se inscribió junto con dos de sus compañeros y otros de distintos salones. Le costó desenvolverse, pero poco a poco logró que se sintiera cómoda en el grupo, le enseñó todo lo que sabía y su talento se comenzaba a notar, tenía carisma y grandes dones para la actuación, durante los ensayos conectaban cada vez más y ella también empezaba a mostrar interés en el. La invito a una de sus obra de teatro y no esperaba que fuera, pero se sorprendió verla sentada en la primera fila, estaba en compañía de una amiga y le molesto un poco porque quería hablar a solas con ella pero lastimosamente no se iba a poder. En su próxima obra le dio una entrada válida para una sola persona y le dijo que no podía invitar a nadie más. A ella le pareció extraño pero aceptó la entrada. La vio sentada en la primera fila y eso le llenó de entusiasmo, interpretó su papel lo mejor que pudo para quedar bien ante ella y funcionó a la perfección, pues ella se le quedó viendo embobada. Cuando terminó la obra, la invitó a comer y le confesó sus sentimientos, ella dijo que sentía lo mismo y acordaron tener una relación oculta. Durante las clases actuaban como profesor y alumna y a la salida se encerraban en su salón para de lo que sea que les llamara la atención. Un día, una de sus compañeras los vio besándose y no tardó en esparcir el rumor por toda la escuela. Los padres de Anubis se enteraron y le prohibieron verlo, la directora despidió a Alejandro y no volvió a saber nada de ella, hasta que tres años después, consiguió trabajo en una de las empresas de mi padre. Él era uno de los jefes y a ella la habían elegido como su secretaria, no podía creer lo mucho que había cambiado y se sintió orgulloso. Su personalidad era mucho más fuerte pero su aspecto estaba exactamente igual que siempre. Esperaba que lo reconociera, pero no lo hizo. Quiso preguntarle si se acordaba de él pero no estaba seguro que fuera buena idea, así que lo deje pasar. Acepto contratarla y mantuvieron una relación de trabajo normal. Sin embargo, cada vez que la veía caminar, se imaginaba con su uniforme puesto y su mente se llenaba de fantasías que deseaba tener con ella, pero eso no le parecía profesional. Después de tanto tiempo, no la pudo olvidar y era una vergüenza que un profesor amara tanto a una alumna. Tantos años de trayectoria y se había quedado enganchado por una colegiala, las relaciones que tuvo después de ella resultaron fallidas. En sus encuentros íntimos, a todas sus novias les pedía que se vistieran como colegialas pero a ellas no les gustaba mucho, lo hacían al principio para complacerlo pero luego se aburrían de eso y lo dejaban. Ver a mujeres disfrazadas, era lo único que lo excitaba. Le excitaba ver a mujeres vestidas de colegialas, tratarlas como si fuera su maestro y castigarlas cuando se portaban mal, era algo que le fascinaba hacer. Quizás esa era la razón por la cual se había engatusado tanto por ella, por lo bien que le quedaba el uniforme y su rostro sonrojándose cada vez que le hacía un cumplido, le resultaba adorable y deseaba tener control sobre ella, el control que un maestro tiene sobre su estudiante rebelde. Sin importar la edad que tuviera, seguía reflejando una inocencia que deseaba acariciar.
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