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907 Words
Escucho el puñetero despertador. Gruño y me levanto con la mayor pereza del mundo . Son las 7 de la mañana. Hoy es mi primer día de instituto. Exactamente , el primer día del último año en el instituto. Cojo ropa de mi armario. Una camiseta negra corta, unos pantalones pitillos negros y mis zapatos negros. Voy al baño y me ducho. Termino de ducharme y me visto. Me peino y me maquillo. No me suelo maquillar mucho, solo rimel y labial rosa claro. No me gusta llamar la atención. Bajo a la cocina y veo una nota . Seguro es de mi madre. Cariño, vamos a estar tres semana en Holanda por trabajo , te dejo dinero encima de la mesa para que compres lo necesario para estas semanas. Cuidate , te quiero ♥. Vaya , que raro , mis padres dejándome sola , nada nuevo. Me hago el desayuno que se compone de cereales con leche fría. Me lo como rápidamente y subo a mi habitación a por mi mochila. Bajo de nuevo , me miro al espejo para ver que estoy bien. Bueno, todo lo bien que se ve puede estar siendo no muy guapa que digamos. Cojo las llaves y algo de dinero que me ha dejado mi madre . Abro la puerta y me voy al insti. Llego después de 8 minutos y entro. Parece que todos están felices por entrar, sobre todo los de 1° de la ESO, no saben lo que les espera. Creen que será como el colegio, pero se van a llevar una gran sorpresa cuando vean que aquí te exigen más. Me quedo en el patio y busco con la mirada a mis amigas. —¡¡¡MARINAAA!!! Cuánto tiempo nena. —Hola , Elisabet . Elisabet es mi mejor amiga , llevamos juntas desde preescolar. —¡¡Vamos a entrar que se nos hace tarde ! Entramos en el edificio y con las prisas , me choqué con alguien. —¿Estás bien? Miro hacia arriba y veo a una chica con gafas , pelo marrón , tez algo morenita y labial rojo. —Si estoy bien , lo siento. —No importa, no te preocupes. Me sonríe y se va hacia la sala de profesores. Me he quedado embobada mirándola. Es muy guapa. Escucho el timbre , significa que la cárcel ya da comienzo. Elisabet me coge del brazo y entramos a clase corriendo. Nos sentamos las últimas y delante nuestra están Lucía y Míriam. —¡Chicas! Las saludamos y empezamos a hablar de todo un poco. Poco a poco, la clase se va llenando de alumnos, la mayoría son de anteriores cursos que ya conocemos pero hay algunos nuevos. —Sabéis , hay una nueva profesora de Lengua es muy joven según dicen y que es muy guapa. Lucía se calla , ya que entra alguien a la clase. Entra un profesor, mientras le seguimos con la mirada, en silencio. —Buenos días, clase. Algunos ya me conoceréis, me llamo Eduardo Sanz y doy la asignatura de Geografía e Historia, este año seré vuestro tutor también. Como veo que hay algunas caras nuevas, os iréis presentando por orden de asiento. Todos nos fuimos presentando, uno a uno. Diciendo nuestro nombre, apellidos y hobby. Algo muy típico cuando comienza el curso. El profesor estuvo explicando como se desarrollará su asignatura. Algo también muy típico del primer día. Aunque hayamos tenido a este profesor antes, es como una tradición. También nos ha dado los libros necesarios y el horario. Todos los metemos en nuestras mochilas. Algo que vamos a odiar a la hora de irnos a casa. Suena el timbre, lo que significa que viene la siguiente clase. Miro el horario y veo que nos toca matemáticas. Uff, espero que no nos toque con la arpía este año también. Es una señora de 50 años, que vive pagando sus frustración con los alumnos. Entra una profesora a clase, no es la arpía. Suspiro aliviada y miro a mis amigas. Ellas también tienen cara de alivio. Miro a la clase, todos con las mismas caras. Aunque no paran de cuchichear cosas como “parece otra amargada” o “seguro que es otra igual”. A mi no me parece eso, la verdad. Tiene cara de buena persona, pero que si le molestas, te va a j***r y muy bien jodido. —Hola clase. Me llamo María Jesús y os daré la asignatura de Matemáticas. Muchos de vosotros seguramente las odiareis, pero yo os motivaré a que gusten. Realmente parece muy maja. Empezamos a presentarnos, al igual que con el nuevo tutor. Cuando llega a mí, me sonríe y me mira atentamente. Yo me presento y sigue con la sonrisa. Me llega a poner nerviosa. Explica como llevará su asignatura. Me gusta más como la lleva ella que la arpía del año pasado. La del año pasado explicaba rápido y mandaba ejercicios, y era muy difícil que repitiera si no te enterabas de sus explicaciones. Había que buscarse demasiado las castañas. Termina la clase y miro el horario. Toca Lengua. —Seguro que nos toca la del año pasado. —Tampoco era tan mala, Miriam. Entra alguien en la clase, todos miran embobados a la persona que ha entrado. Así que me giro y le miro. Es ella, con la que choqué a la mañana. Entonces, ¿ella es la profesora nueva?
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