capitulo 1

1311 Words
Narra Safrina Otro día en el que tengo que escuchar a mis padres y ellos no me escuchan a mí. Como hago para que me entiendan que no quiero hacer lo que ellos quieren, que mi sueño es pintar todo lo que veo, salir de este lugar y conocer el mundo. No quiero estar estancada en cuatro paredes como ellos así lo desean. No me asusta que no me den un centavo para mi carrera, mi abuela Marta me dejo algo de dinero que Obvio ellos no saben, con eso podré cursar y sostenerme por un tiempo y bueno tendré que trabajar, pero no me importa con tal de poder cumplir mi sueño. Salgo de mi habitación y me cruzó con mi madre Esmeralda. —Hija ya pensaste que vas hacer con lo que te ha dicho tu padre? —Ni que se crea que me dejare manipular para no poder realizar mi sueño. —Si mama, y la verdad no quiero ser grosera ni desagradecida pero no es lo que quiero para mí —Me mira con cara de acá no se termina más la discusión. —Pero hija —gime—. No quiero volver a escuchar a tu padre, sabes que él siempre tiene la última palabra. —Pero mama es de mi vida de la que están hablando y en ella yo decido, yo tengo la última palabra. —Entonces ve y habla con él porque a mí no me va a escuchar, no creo que cambie de parecer, pero… bueno has el intento —Me da un beso en la frente y sigue su camino, de seguro a la biblioteca de la casa. Me encuentro en la puerta del escritorio de mi papa y la verdad no quiero hablar porque ya sé que me dirá, pero bueno no hay de otra así que suspirando llamo a su puerta. —Papa, soy yo Safri podemos hablar? Dentro se escucha ruido de papeles y cajones moviéndose en lo que él me responde. —Pasa, pero se breve tengo asuntos que atender. Como si con eso ya me estuviera diciendo NO NIÑA. Entro y le digo sin rodeos —Papa no quiero formar parte de tu empresa sé que es importante para ti, pero no es lo que quiero para mí, mi sueño es estudiar bellas artes. Levanta lentamente su cara hacia mí y su mirada no es muy linda que digamos y con un fuerte grito me dice —Entonces te me largas de aquí ya que parece que lo que uno hace por ti no es suficiente para agradecerme de esa forma, dejándome de lado todo lo que esta empresa hizo por ti ya que si no te has dado cuenta vivimos de ella. Te pedí que lo intentaras y nada, eres una desagradecida vete, no quiero saber más de ti. Salí corriendo de la habitaron con lágrimas en mis ojos, me fui a mi cuerdo y empecé a empacar mis cosas para poder largarme de aquí, sabía que no me entendería y por ello ya tenía casi todo preparado mi boleto hacia nueva York salía en la mañana temprano, nunca había cruzado el continente, pero la idea no me asustaba. Hice un lío de ropa la puse en mi maleta, busqué mi cartera con toda mi documentación. Baje a la biblioteca donde estaba mi madre para despedirme de ella. —Ma me voy, él no me quiere aquí. Ella ya estaba llorando, conoce bien a mi padre y sabía que no cambiaría de parecer, me acerque a ella y no abrazamos muy fuerte. —Donde vas a ir, que vas hacer, ¿tienes dinero? hay hija me da miedo todo esto, pero sé que eres fuerte y yo lo seré para ti, te apoyaré en todo lo que decidas, pero no me dejes de hablar por favor y pídeme todo lo que necesites. —No te preocupes que voy a estar bien, te llamare apenas llegue a Nueva York y claro que no dejare de hablarte si sabes que sois indispensable para mí. Pero trata de que papa me entienda y que deje de pensar que no agradezco todo lo que ha hecho por mí. Me da un último beso, que sabe mucho tiempo después, y salgo de mi casa sin ver atrás. Ya en la calle hablo con el señor de seguridad que se encuentra en su puesto y le pido que me llame un taxi, ya en él le doy la dirección de mi amiga de la infancia Megan. Ella es la hija de mi niñera, Efie. Mis padres nunca entendieron mi amistad con ella, pero la verdad yo la quería porque no era falsa me trataba como una igual y no por ser la hija de un millonario, como si lo hacían todas las chicas del instituto al que asistí de pequeña, todas unas falsas en todo sentido de la palabra y lo corporal también. Nunca entendí porque unas niñas de no más de 15 años querrían como regalo de cumpleaños cirugías estéticas y menos que sus padres le cumplieran esos caprichos. —Esas niñas quieren llamar la atención de sus padres y sus padres no quieren tener que lidiar con ellas. Solía decirme como repuesta Efie a lo que yo le respondía —Un perro grande que trote por todo el escritorio y la biblioteca necesito yo para llamar su atención de mis padres, no una cirugía —Jaja me rio—. Te imaginas a papa y mama, se mueren, yo creo que ni saben lo que es un perro —jaja vuelvo a reír. — Yo te voy a dar un perro, pero de peluche que, si rompe y ensucia, ¿a quién crees que van a castigar? — ¡Pues a mí! —me río. — No a mí, porque la que tendrá que limpiar serré yo —se ríe conmigo. Efie es como mi segunda mama la adoro además de que cocina como los dioses. Eso también voy a extrañar. Toco la puerta y Megan abre —Hola amiga lamento que Gregori —mi padre—. No te apoye ya verás que se arrepiente luego de un tiempito. Me jala de la mano y me abraza a lo que yo saludo con una mano a Efie q la veo en la puerta de la cocina. —No creo que Don Gruñón me perdone muy fácil, pero bueno mi mama me apoya y con eso me basta. Juntas vamos a su cuarto y nos ponemos a terminar de empacar ya que las dos vamos en este viaje de aventura. Megan quiere estudiar danza clásica y como lo suertuda que es sus padres si la apoyan. No es que le tenga envidia o celos, pero muchas veces me hubiera gustado que mis padres o mejor dicho mi padre no sea tan millonario, que la empresa de la que es dueño y que tiene a casi todo el país en sus manos no sea de el para así tener una vida más normal. Cuando era niña siempre tenía mi custodia o alguien de seguridad siguiéndome hasta en el baño, a mis 15 años le dije a mis padres que si no me sacaban la custodia me escaparía de casa y de hecho lo hice varias veces, lástima que mis escapatorias no eran muy originales ya que me gustaba ir al zoológico, de mi amiga o al cine. Pero entendieron y me retiraron los gorilones de seguridad asignados a mi custodia, solo con la condición de que en fiestas y eventos empresariales no tenía ni que decir ni J con respecto a los grandotes. Terminamos de acomodar todo, comimos un rico cottape pie que preparo Efie junto a su marido Aidan, cuando terminamos de chuparnos los deditos nos retiramos a descansar ya que el vuelo salía bien temprano en la mañana.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD