CAPITULO 1

1170 Words
Me desperté como todos los días, me di una ducha rápida, luego fui a mi closet busque un brasier n***o de encaje con la braga igual de encaje n***o, me decidí por un vestido n***o pegado al cuerpo un sobre todo color beige, mi cartera, un collar y unos tacones negros, regrese al aseo para maquillarme un poco solo lo necesario rímel, delineador y un brillo rosa claro. Busque mi bolso metí lo necesario y me dirigí a la sala a buscar las llaves del auto, baje al garaje subí al coche y en marcha a mi trabajo. Después de 30 minutos para llegar a la empresa me dirigí al ascensor para ir hasta mi oficina. Al llegar me encontré a mis padres. -Padres, ¿Cómo están? Que inesperada sorpresa. Lucía mi madre es una señora de 43 años alta, cabello n***o lacio, ojos marrones, y el señor a su lado mi padre Iván tiene su cabello castaño y ojos mieles, alto, contextura firme. -Cariño debemos hablar contigo-. Me contesto mi madre. -¿Podemos vernos en el restaurant de la esquina a las doce?-. Me pregunto mi padre. -Claro no hay problema, adiós los amo-. Los despedí y se fueron. No me llevaba mal con mis padres, pero últimamente tomaban malas decisiones. Quede pensando en lo que querían decirme mis padres porque era raro que me fueran a citar al trabajo para hablar ya que nunca lo hacían. Un toque en la puerta me saca de mis pensamientos. -Sra. Verónica llegaron los contratos de las nuevas modelos. Suspire con fastidio, hasta cuando me hacían cambiar mis modelos. -Déjalos por aquí, luego los revisare, cada vez son más exigentes. -Sra. Verónica este yo quería pedirle permiso el día de mañana para pasarlo con mi hijo. -Claro que lo tienes Tania y por favor llámame por mi nombre-. La reprendí le tengo tanto aprecio a Tania que prefiero que me llame por mi nombre, aparte la confianza que me transmite. -Gracias verónica. Luego de darle el permiso a Tania me dispuse a encontrarme con mis padres en el restaurant de la esquina. Decidí caminar de todas formas no era muy lejos, revise mis r************* y como siempre tenían un montón de mensajes de chicas que quieren ser modelos y otros no muy amables que “soy una superficial” en fin la hipocresía. Al llegar localice a mis padres en una mesa en el fondo, salude nuevamente y tome asiento en frente de ellos. -Verónica veras hij...- Nos interrumpió el mesero. -¿Disculpen, ya decidieron que van a ordenar?-. Pregunto este decentemente. -Un vino tinto, y tres platos de espagueti italianos, gracias-. Respondió mi padre Iván. Yo y mi madre sonreímos al mesero y este se retiró. -Bien, ¿qué querían decirme?-. Pregunte impaciente, ya quería saber en qué se habían metido nuevamente. La última vez en apuestas así que mi preocupación era normal. -Cariño veras hace un tiempo cuando cumpliste 16 años, nosotros acordamos con Dominic Stone que te casarías con él, estas prometida con él desde hace 4 años-. Me dijo mi padre. Me quede en shock nunca en mi vida pensé que estaría prometida y mucho menos que mis padres me lo digan como si nada. -¿QUEEE? ¿Están bromeando?-. Grite desesperada.-Estáis locos como me van a comprometer con un hombre que ni conozco, y sin decirme antes y por qué lo dicen como si no fuera nada. ¿Qué les pasa? Contéstenme.- decir que estaba histérica y a punto de un colapso era poco. -Cariño no grites, estamos en un restaurant-. Me intento calmar mi madre cosa que empeoró mi situación. -Por favor no me pidas que me calme porque sabes que no lo haré, como se te ocurre que tu hija quiera casarse.- estaba indignada, esto era de locos. -Mi amor entiende, es algo que después nos lo vas agradecer.- trataba de convencerme mi madre. -Me disculpan, pero están locos. Que ustedes no sepan resolver sus vidas no quiere decir que vengan a joderme la mía.- estaba muy enojada, y sé que estaba siendo grosera pero no me importaba. -Verónica, seamos realistas que tu consigas marido con el carácter que tienes es imposible. Mas agradece que te hicimos un favor.- mi padre es un descarado. - Saben no quiero volver a verlos ni a ustedes ni a ese tal Dominic del que hablan. Son los peores padres del mundo. Y eso es decir poco de ustedes dos, mal agradecido son ustedes que no saben el sacrificio que hago por ayudarlos en sus jodidos negocios. Salí corriendo hasta mi auto, no aguante llegar a mi casa empecé a llorar por todo el camino. Era increíble como las personas que dicen protegerme y quererme desde que nací me hagan algo así. Al llegar a casa guarde el coche en el garaje y subí a mi habitación a llorar como una desquiciada. Y pensar como mis padres podían casarme con un hombre que yo no conocía. Después de haberme comido todo un bote de helado de chocolate y gastar todos los pañuelos con mis mocos. Me quede dormida. Al rato de una larga siesta me desperté y se fui a la tina para darme un baño largo y relajante y pensar en toda la información que me dieron mis padres. No lo podía creer, le di tantas vueltas que casi me quedo como una uva en la tina Salí, tome un pijama cualquiera y quede rendida. *Beep Beep Beep* Escuche el sonido de mi alarma así que desperté bruscamente, me dio un mareo por el impulso, pensé que todo era un sueño pero la realidad vino a mi mente me pare perezosa fui al cuarto de baño tenía unas ojeras horribles y bolsas por estar llorando tanto. Nunca pensé que mis padres pudieran hacerme algo como esto a mí a su hija menor. Decidí en ponerme algo no tan formal pasaría a la empresa y luego me devolvería a la casa no estoy de los mejores ánimos. Eso hice, llegue a la empresa directo a mi oficina. -Srta. Verónica la busca un señor llamado Dominic, dice que tiene que verla lo antes posible. -Sí, Tania gracias. Hazlo pasar por favor. Mientras estuve revisando uno documentos entro un hombre alto de tez blanca, cabello n***o peinado hacia atrás y un traje muy elegante. Unos ojos marrones penetrantes. Lo observe hasta que se sentó enfrente de mi escritorio. -Disculpa que te visite en tu trabajo pero ya te quería conocer y darte esto-. Lo mire incrédula, enserio este idiota me viene a conocer para darme un anillo. -Mira no quiero ser grosera pero yo no me casaré contigo.- Me miro por unos segundos y luego hablo. -Tú si te casaras conmigo porque yo hice un trato con tu padre así que te esperare a la salida de tu trabajo en el restaurant de la esquina, y no se te ocurra llegar tarde porque odio la impuntualidad. -No me jodas, y por favor lárgate de mi empresa antes de que llame a seguridad-. Me miro y soltó una risa incrédula. -No me retes verónica por que no sabes de lo que soy capaz, como sé que no vas a ir te esperare en tu casa-. Este idiota cree que me voy a casar con él ni que lo crea yo no me casaré con nadie.      
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