Capítulo 2: Segundo Legado, Jugando con fuego

2661 Words
Punto de vista de Aiden. El tiempo pasó volando desde que mi madre me dejo en el centro comercial, como era sospechoso que me fuera sin nada compre unos pantalones, un par de camisas y unos tenis, teniendo todo eso me fui con un pequeño deje de culpa; me iría con una mentira, pero esperaba que pronto pueda volver orgulloso con mi madre al cumplir mi destino. Llegue a casa y empecé a empacar, una vez tenía todo listo y con la pobre maleta a punto de estallar me hice una rápida comida y me quede pensando en si estaba haciendo lo correcto, antes que mis pensamientos fueran más lejos tocaron a la puerta, al abrir me encontré con algo que no esperaba; Un hombre un poco más alto que yo, claramente mayor tal vez de unos 40 y tantos, el cabello n***o bien peinado con algunas canas plateadas esparcidas, una barba de un par de días, unos lentes negros, con una vestimenta tranquila e informal, una simple camisa oscuras, unos vaqueros oscuros, unas botas iguales negras, sobre todo eso una chaqueta de aviador. —-¿Time?- —pregunté algo confundido, el hombre se rio y negó con la cabeza. -Charles, seré algo así como tu guía en este viaje, Time me mandó, Estás listo, chico-algo en este señor me hacía sentirme en confianza", sonreí y asentí corriendo escaleras arriba para ir por mi maleta. Al volver con él, me llevó a un auto, era moderno, pero nada impactante. Me ayudó con la maleta, aunque al cargarla me vio con una cara como preguntando qué tanto tenía allí. —No sabía qué podría necesitar, sí que metí lo que pude confesar un poco avergonzado. El hombre rio de nuevo y se metió al coche, e hizo lo mismo al instante. ¿En cuestión de minutos nos encontrábamos ambos en el aeropuerto, yo llevaba la maleta mirando todo mientras Charles se acercó con una recepcionista, le entrego un papel y esta abrió los ojos impresionados y llamo inmediatamente a un encargado que nos llevó, por otro lado, lejos de la gente, por un momento sentí miedo, acaso me iban a secuestrar y todo era mentira?, disimuladamente agarre los lentes listo para defenderme, sin embargo, el viejo aviador me noto. -tranquilo niño, solo nos llevan a nuestro propio avión—dijo el. Avión propio?, Cómo privado! jamás vole en un avión privado- el miedo se esfumó al instante, casi como si no hubiera estado debido a la emoción. Charles y el encargado nos llevaron a un avión, era pequeño, pero lo entendía, el aviador agradeció y el otro hombre se fue, mientras se metía a la cabina yo vi los asientos y en medio de uno encontré una caja, la tome y abrí encontrándome con los extraños ingredientes de la vez anterior, solo que esta vez en más cantidad. No me tomo mucho gracias a la carta entender que era lo que pasaba, mientras el avión comenzó a volar por el cielo tranquilo, yo me dedique a recrear la fórmula y ponerla en frascos, solo me alcanzo para unas 4 más, al fondo de la caja en un sobre rojo había 1 hoja y una foto; Madisson de Toled, una chica unos 2 años menor que yo, de cabello completamente n***o y atado en cola de caballo que caía por sus hombros, su piel aunque blanca ligeramente quemada por el sol y sus ojos castaños, en la foto dudarías que es mayor de edad, tenía una cara inocente y joven. Leí un poco de ella, la información no era mucha, pero si suficiente para estar alerta, cuando llegue a aparte de donde encontrarla juro que quería darme un golpe, de todos los lugares posibles, por qué esta chica estaba en la sede principal de The Final?, que es lo que hacía ella allí...bueno supongo que estoy por averiguarlo, ya que Charles me indico que estábamos por aterrizar. Me dirijo algo tímido a la cabina del piloto y le pregunto al hombre mayor si me acompañara en mi búsqueda, solo para recibir una negativa, según él esta era mi misión y quiera o no tendría que enfrentarla solo; me arme de valor, tome mi mochila en la que con cuidado puse los frascos con la fórmula, mi teléfono, billetera y me fui del aeropuerto tomando un taxi; más pronto de lo que me hubiera gustado ya me encontraba en la entrada de The final, respire profundo antes de atravesar la puerta, en la recepción habían dos rubias que charlaban amenamente riéndose de vez en cuando, al verme ambas callaron y la de la izquierda dando una rápida mirada que parecía escanearme me hablo con una voz suave, pero aun así una pizca de asco se dejaba ver. -¿Buenas tardes, bienvenido a la sede de the final, la farmacéutica más grande del continente, en que puedo ayudarle? La otra chica tecleaba algo, pero estaba seguro de que estaba atenta a todo. ¡ Qué chismosa pense! -Buenas esto, estoy buscando a alguien y ...- antes que pueda continuar, la rubia que me atendía dijo con fastidio. -¿nombre de la persona y si tiene cita? - ¿Cita? ¿Acaso Madisson era alguien importante? Bien, Aiden tienes que pensar rápido -am estoy buscando a Madisson de Toled, verá soy su primo y hay una emer- . Otra vez fui interrumpido, solo que ahora la chica del teclado me miró y dijo. -ash, momentito — se acercó a la otra y le susurró algo rápido que no pude oír y volvió a sentarse a teclear. La otra chica tomó el teléfono de recepción, marcó una tecla y acercó la parte del micrófono a su boca pintada de un rosa Barbie que realmente no le quedaba bien, tal vez por el delineado café oscuro que enmarcaba sus labios en un intento de maquillaje "sexy". -Madisson Tolero, Madisson Tolero, la buscan en recepción, repito, hay un chico buscando a Madisson Tolero- -disculpe es de Toled, no Tolero- dije yo, intentando ser amable para que se ha recibido por sus ojos rodando de tal forma que podría jurar que pudo ver el interior de su cabeza. -lo que sea, ya viene vez el sillón de allí, siéntate y espera, hay revistas-— y con eso volvió a sentarse en su lugar y continuó su plática con la otra chica. Vaya grosera!, pensé mientras iba a sentarme, unas ganas de lanzarle un rayo invadió un segundo mi mente, pero simplemente lo ignore y me puse a esperar; pasados 5 minutos mi pierna se movía como loca y mis manos sudaban, acaso no vendrá?, acabo de fallar mi primera misión?, ahora qué?, tendré que meterme yo mismo y buscarla por todo el edificio?. Fue en esos momentos que me moría de nervio que sonó el elevador y del salio la joven Madisson, era más baja de lo que me había imaginado, pero aun así su presencia era impresionate, con su caminar recordaba a una fiera felina al asecho, sus lentes estaban casi al final de su nariz, lápices y plumas en su cabello como palillos chinos y un montón de papeles en la mano que no dejo de leer ni un instante hasta que llego a mitad de recepción, alzo la cabeza y me miro un segundo antes de abrir la boca. -¡hola, prima! grité mientras corrí hasta ella y una vez en frente le susurré —-escucha sé que no me conoces, pero tengo algo muy importante que decirte, por favor confía en mí-— . Casi rogué en el suelo. -hmm- discretamente miro a las recepcionistas que claramente nos miraban -ah , primo BEN... ven acompáñame-— y con el mismo porte se dirigió al ascensor esperándome y, una vez los dos adentro, oprimió el botón del 10 piso y se giró a verme con los brazos cruzados. -Madisson- dije apenas cuando ella rugió -escúchame bien, no te conozco, no tengo primos y si tuviera está claro que no vendrían de la nada al lugar de trabajo, tienes 1 minuto para convencerme de lo que sea que viniste o abriré el elevador y te saco a patadas rudas, pensé...ok 1 minuto. nervioso pensé que este era un real elevator speech así que respire profundo y empecé - ok esto sonara loco, pero somos héroes con poderes, me llamo Aiden Arct y cuando éramos bebés the final nos puso una cura quitándonos los poderes y ahora un tipo llamado Time me dio esta fórmula para que nos convirtamos en héroes y salvemos al mundo- dije tan rápido que me sentía que me quedaba sin aire. Madisson parpadeó y, sin quitar su cara de seriedad, me dijo: ¿Desde qué empecé a trabajar aquí todo me pareció muy raro y tenía mis sospechas; sin embargo, aunque te crea todo eso de que somos gente con poderes a lo X-men por qué debería beber yo cualquier cosa y ponerme un blanco en la espalda? Allí es cuando sentí como si me mojaran completamente con agua fría, por qué lo haríamos?, por qué yo lo hice?, Qué ganaba con esto además de ponerme en peligro? Hasta ayer tenia una vida cómoda como un chico normal... normal, yo era un chico común igual a todos. -nosotros somos especiales y no me refiero al "especial" como lo que dicen los padres a los hijos, realmente somos diferentes, Madisson esto es una parte que nos quitaron, no nuestra decisión... escucha yo...me siento completo ahora- las palabras salieron de mí simplemente con una sonrisa, no era el mejor discurso pero era la verdad Si eso no lograba convencerla entonces ya todo estaba perdido, pero di lo mejor de mí, no me arrepiento de ni una sola palabra —-bien, lo tomaré...pero no significa que iré contigo-—. Bueno, era un logro. Saque de mi mochila el frasco y se lo entregué, su cara de asco no se podía comparar, le iba a decir que no era tan malo, pero ella levantó la mano y tomó el frasco y lo abrió. -No digas ni una palabra o me arrepentiré de esto-— y con eso lo bebió todo de golpe— —No sabe tan mal como parece-—, dijo antes de tomarse el estómago y hacer una mueca. -hey tranquila, ya pase por eso!, respira, tranquila, no abras los ojos — dije asustado. -de que estas?, uff qué calor, ¿no tienes calor? Me estoy quemando esto, esto es un infierno - dio unos pasos atrás y apenas su mano tocó una mesa—, esta se prendió en llamas. Con una rapidez y agilidad que no era propia de mí tome el extintor y apague el fuego antes que la alarma se activara, cuando termine y la adrenalina aún recorría mi cuerpo mire a Madisson y lo que vi me sorprendió, se veía asustada, con la mirada sin parpadear hacia sus manos, el miedo era palpable en el ambiente, con cuidado me acerque a ella y le hable con un tono calmado en un intento de tranquilizarla. -Madisson?, oye esta bien, también me asusté la primera vez, solo, tranquila, sé que necesitas tiempo para esto, pero tenemos que irnos ahora con lo último . Dejé escapar, un deje de preocupación en mi voz y creo que eso la puso de nuevo alerta. Sin tocarme me indicó una salida de emergencia. Mantuvo todo el tiempo sus manos cerca de ella, corrimos lo más rápido que pudimos para salir de allí y una vez lo suficientemente lejos llegamos a un parque y nos sentamos en unos columpios. -oye, tal vez... solo necesitas aprender a controlarlo o tal vez Time tiene algún accesorio para ti, por ejemplo, a mí me dio estos superlentes que hacen que no dispare rayos —dije con una gran sonrisa, pero al verla el terror inundaba su rostro. -¡que! osea que puede ser que no pueda volver a tocar nada jamás! -ey, calma, calma, solo digo que a lo mejor y sí?- Maddison empezó a hiperventilar, estaba entrando en un ataque de ansiedad y yo no sabía qué hacer. Tanto era su pánico que sus manos empezaban a ponerse rojas de las palmas y juraría que pequeñas chispas salían de ellas. -Madisson, madisson calma, calma-—. Ella seguía sin oírme, metida en su mente. En un segundo ambas manos tenían llamas y me preocupé al instante. -¡oh mi dios! ¡Tus manos, tranquila, iré por agua, aguanta! —me levanté de un salto y salí corriendo como si fuera flash buscando agua. Punto de vista de Madisson. Asustada era poco para describir como me sentía en ese momento, mi pecho subía y bajaba a un ritmo que no era normal, el pánico inundaba cada parte de mi ser y solo podía ver el fuego en mis manos, en shock totalmente hasta que lo sentí, la calidez, era... tan reconfortante, como ese abrazo familiar que había olvidado hace mucho. Realizar que no me estaba quemando en absoluto me hizo entrar en calma, a medida que mi respiración se regulaba las llamas disminuían, junte ambas palmas acunando el fuego entre ellas hasta que aquel salvaje llama se volvió tan pequeña como un pequeño pájaro entre mis manos, aquella calidez que sentía seguía allí, era como tener un ser vivo, que respira, cuyo corazón latía al compás del mío, hipnotizante como era, me sentí en total control. Recordé las palabras del chico y negué divertida ante la razón que tenía, me sentí completa, aquel fuego me hizo sentir como la niña que debí ser, respire profundo soltando el viento entre mis labios apagando la llama, mis palmas se veían normales y con confianza me levante y acercándome a un árbol las yemas de mis dedos acariciaron sus hojas, inmutables ante mi toque sonreí. El sonido de alguien gritando y el joven de cabellos dorados corriendo en mi dirección con un balde de agua oxidado que no sé de donde había sacado, estuvo a punto de lanzarme el agua encima, pero se detuvo abruptamente casi tropezando cuando me vio tranquila y sin aquel infierno saliendo de mis dedos. -¡tu, tu...wow, lo controlaste!, eres genial! Más eufórico que yo misma me felicito. -¿muy bien, tranquilo, rubio, entonces, cuál es el siguiente paso? - El joven me miró con una gran sonrisa que al instante desapareció ante mi pregunta. -yo...no lo sé...- -como que no sabes!- brame enojada, acaso era tonto? -¡no venía en la carta, a mí me van dando cartas... ya sé!- — Tomó mi brazo y volvió a correr —Iremos al aeropuerto seguro, Charles ya sabe para irnos por el siguiente.- -ey ey ey, aguanta!, si ya nos vamos, mínimo pasaremos a mi apartamento por mis cosas- —le dije parando un taxi y dándole mi dirección. Aiden no dijo nada, asintió y nos fuimos. Después de unas cuantas horas y el constante sonido de Aiden resoplando de aburrimiento y preguntando si ya estaba lista, al fin nos fuimos. Llegado al aeropuerto, el joven se acercó a un viejo piloto que tomaba café y leía un libro en un restaurante tranquilamente. -charles, mira, ya traje a la chica: Madisson, Madisson, él es Charles, él nos ayuda y nos lleva, por cierto, eh... ahora que, charles?- El hombre saludó cortésmente y guardando su libro en la chaqueta de aviador dejo algunos billetes por el café que bebió rápidamente antes de conducirnos al avión privado, al subir deje mi cosa en un asiento y al voltear me encontré al piloto extendiendo una carta frente a mí; abriendo el sobre ley su contenido ante la atenta mirada de Aiden, una vez termine le entregue la foto de una chica. -Victoria Avery prepárate, vas a tener una visita inesperada- -A fallen city Charles, la siguiente misión espera!- grito alegremente el chico, con energía renovada y un "sujétense" nos dirigimos al siguiente destino.
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