bc

"Un amor a prueba de bala” saga de Infiltrada.

book_age18+
522
FOLLOW
3.4K
READ
FBI
kickass heroine
police
mafia
drama
gxg
heavy
serious
first love
like
intro-logo
Blurb

Parte 2 del libro INFILTRADA.

Algunos dicen que la playa cura el alma, y sin duda esto es lo que buscan Valentina y Juliana. Luego de todo el caos que han vivido a lo largo de sus vidas este joven matrimonio busca refugio en las playas de Brasil, juntas se verán envueltas en una lucha por encontrar esa paz que tanto necesitan y por la que tanto pelearon. Ya no hay narcos, ni policías, ni corrupción sólo ellas buscando el camino hacia la felicidad, su amor es único, y incondicional pero cuando el pasado golpee a su puerta estarán dispuestas a abrirle?, ¿podrán afrontar sus propios demonios y fantasmas que sin importar donde vayan parecen perseguirlas?.

Ven y descubre conmigo cada cicatriz que el amor sanará en ellas.

chap-preview
Free preview
La playa 1/2
Nuestro amor luchó en tantas batallas. Nos han golpeado, lastimado, nos han querido eliminar y hasta nos dieron por muertas, pero sobrevivimos a todo y acá estamos, aún vivas. Y sobre todo amándonos. El amor siempre va a vencer por sobre todo lo demás, nuestro amor siempre va a ganar.  Cerré mis ojos intentando respirar el dulce momento el sol estaba comenzando a salir . Hacía varios días que estábamos en Brasil y aún no podía creerlo, todavía dormía con mi pistola en la mesa al lado de mi cama por miedo a que alguien venga a robarme esta felicidad.  Todavía soñaba con sus caras, su sangre, con Jacobo y con Camilo, tenía pesadillas sobre ellos, pero luego despertaba al lado de una bella mujer abrazada a mi cuerpo, me costaba entender que está era mi realidad ahora, antes vivía en una pesadilla constante, con tiros, sangre, dolor y ya eso no tenía lugar en mi nueva vida. Abrí mis ojos, al sentir la música alta proveniente de nuestra casa, Juls salió de adentro con un bikini ajustado a su bello cuerpo, moviendo sus caderas al compás, y sobre todo, sonriendo. Su sonrisa podría iluminar mi vida aún más de lo que el sol iluminaba la playa. Me daba calor al alma, le sonreí sin poder evitarlo, nuestras miradas hicieron contactó y el brillo de nuestros ojos hablaban por nosotras. Se acercó a mi lentamente al compás de una canción. Suspire al escuchar  parte de esa canción pues es lo mismo que yo sentía en este momento. Juliana quedo frente a mi, ¿algunas vez han visto la playa y han sentido que nada podría ser más hermoso que ese paisaje?. Pues la playa y mi esposa de fondo es sin duda mi paisaje favorito, nada sería más hermoso que esto. La playa era bella, la arena era brillante y dorada, el mar celeste, tan transparente y bello, pero todo eso será tan insulso si Juliana no estuviera  aquí. Nunca me había sentido como me sentía justo ahora. Estaba tan locamente enamora, y era libre de hacerlo. Nunca había sido tan feliz como ahora. — ¿ Quieres bailar conmigo?. — preguntó Juls estirando su mano a mi. —  Me encantaría hacerlo bonita, pero mi esposa está por venir y no quiero que me atrape mirando tu trasero. — respondí bromeando con ella, y desviando mi mirada hacia la casa. — ¿ Hablas de enserio?, acabas de arruinar el momento.— dijo enojada. — Lo siento, sabes que bailaré contigo, Sólo espera que me quito el anillo así me siento menos culpable. — respondí aún manteniendo la broma e intentando sacarme el anillo. — Eres una idiota.— dijo ella pateándome arena y dándose media vuelta. Amaba hacerla enojar, debería decir que no me gustaba, pero la realidad es que amaba ver su carita enojada. Sabía que bromear así por alguna razón la ponía celosa y yo sólo lo hacía a propósito para divertirme. Corrí tras de ella al instante, riendo aunque ella no le causara. — Buenos días mi amor.— Dije abrazándola por la espalda. — Suéltame ahora ya no quiero.— contestó  ofendida. Claro que no la solté sino que me abracé aún más a ella y comencé a girarla. — Basta.— dijo sonriendo. — No me detendré hasta que no me perdones. — dije volviéndola a girar. —¡ Ya ya!. — insistió riendo. Volví a hacerla girar y ambas caímos en la arena, yo encima de ella. — Ese bikini está matándome. — dije tragando saliva. — Lo sé.— respondió ella segura y con confianza. — Asesina me matas a propósito.— dije sacándole la lengua. Pero en el momento que esas palabras salieron de mi boca comprendí que para nosotras tenían diferentes significado. Y lo confirme por su cara, aunque lo decía en chiste sin pensarlo, nosotras hemos asesinamos a personas y esa palabra desgraciadamente nos describía. Cerré sus ojos con mis manos. — ¿ Qué haces?.— preguntó ella confundida. — Cierra tus ojos.— respondí poniéndome de pie y ayudándole a ella a ponerse de pie. Me ubique tras ella y tape sus ojos con mis manos, ella puso sus manos sobres las mías y podía sentir como una sonrisa se formaba en su rostro. La guíe hasta el mar, nuestros pies tocaron el agua. —  Tal vez la playa en verdad Cure el alma, tal vez el agua del mar nos limpié por dentro y el calor del sol nos seque. — susurre en su oído. — Tú eres quien cura mi alma.  — respondió ella volteando para quedar frente a mi. Mirándome con tanto amor, apoyó su frente a la mía y suspiró. Acerqué mis labios a los suyos, tan lentamente como si el tiempo estuviera detenido, suavemente comencé a besarla. Ya nadie nos corría, no debíamos escondernos es por eso que me tomaría todo el maldito tiempo del mundo para besarla. — Esto es tan perfecto Juls.— dije sin dejar de besarla. —¿ Crees que algo  lo podría hacer más perfecto?.  — Preguntó ella mirándome. — Creo que nada lo podría hacer más perfecto de lo que ya es, al fin tenemos lo que siempre quisimos, una familia. Me siento tan afortunada.— respondí cortando el beso. — Tienes razón. — respondió ella mirando el agua en nuestros pies. Le di otro pequeño beso que fue interrumpido por el ruido de dos niños saliendo de la casa. — Moriremos de hambre, no hay desayuno aquí.— dijo Lorenzo acercándose a nosotras. — Pues cocínate mocoso, no ves que yo ya estaba desayunando. —  respondí haciéndome la ofendida. Juls me golpeó en el brazo mientras reía. —  Hoy temprano cocine un pastel para desayunar. Iré a servirlo. — dijo Juls caminando hacia la casa. — ¡Un pastel!.— respondimos los tres emocionados siguiéndola. Noté que Lorenzo se detuvo y miró hacia donde estaban tres chicos que parecían de su edad a varios metros de nosotros, estaban preparando sus equipos de surf. — Creó que deberías probar. — dije deteniéndome a su lado. — ¿ A qué te refieres?.— preguntó él. — El surf, hacer amigos, tu sabes.— respondí. — No lo creo, parece difícil y seguramente haría el ridículo.— respondió él negado. — ¿Y eso qué?, es preferible hacer el ridículo y fracasar que nunca intentar y solamente observar. — dije mirándolo. — ¿ Crees que pueda ?.— preguntó él mirándome con ilusión. Moví mi cabeza afirmando. — Creo que no hay nada que no puedas hacer. — dije poniendo mi mano en su hombro. Un brillo apareció en sus ojos con aún más ilusión, ese tipo de brillo que aparece en nosotros cuando al fin creen en uno. Tal vez ese maldito del Alacrán ni siquiera había servido para apoyarlo como él se merecía, y había creado este niño temeroso y repleto de miedos que estaba entrando a la etapa más difícil de todas con miles de inseguridades. Él no dijo nada sólo me abrazó. Correspondí el abrazó y sonreí en medio de el, sin duda esto era perfecto. — Vamos a desayunar campeón y cuando terminemos compraremos la tabla de surf perfecta para ti. — respondí palmeando su espalda y cortando el abrazó. —  Va a ser genial, ya quiero correr a contarle a las chicas.— dijo adelantándose hacía la casa con mucha emoción. Sonreí al verlo así y caminé más lento por la arena, mi vista fue hacia la casa vecina a la nuestra y parecía haber movimiento. Automáticamente me puse en modo detective e iba ir a investigar pero Juls apareció en la puerta. — ¡Apresúrate que se enfría!.— gritó desde adentro. — Si amor.— respondí caminando hacia ella. Entré a nuestra cocina, y los cuartos nos sentamos en la mesa con diferente bebidas, y un pastel de chocolate en medio. —Mierda me casé con la mejor mujer del mundo. — dije tomando un trozo de pastel. — Mierda.— repitió Camila riendo y volviendo a decir la palabra una y otra vez. Juls me miró reprochándome mientras que Lorenzo solo reía de todo el panorama y aprovechaba para comer. — No princesa tú no lo repitas.— respondí mirando hacia Camila. — Mierda, Mierda y mierda.— volvió a decir Camila sonriendo y arrugando su nariz. — Es tan tierna. — dije en voz alta sin poder evitarlo. Pero Juls seguía sería. Me casé con un ogro, pensé. Me acerqué al oído de Camila y le Susurre algo para que deje de decir la palabrota. Ella movió su cabeza afirmando y sonrió ensuciándose por todo su rostro con el pastel. — ¿Qué le dijiste? — Preguntó el ogro ahora si sonriendo mientras me servía café. — Disciplina, leí libros de eso. Tú mira y aprende. — respondí comiendo el pastel que por cierto era delicioso. Y valoraba cada segundo que pasaba aquí, en verdad lo hacía, Lorenzo les contaba como iríamos a comprar una tabla, y lo emocionado que estaba, Juls sonreía escuchándolo, Camila también lo hacía aunque dudaba que esté más atenta a lo que Lorenzo decía que al pastel el cual llevaba toda su atención.  Disfrutaba cada instante y supongo que luego de casi haber muerto tantas veces uno vive distinto la vida.  Espero algún día se sientan de esta forma, que puedan disfrutar un momento, con alguien que ames mucho y que en medio de la sonrisa valores el instante. Todos terminamos, y levanté lo que ensuciando para llevarlo a la cocina. — Ve a cambiarte que en 10 minutos salimos.— le dije a Lorenzo mientras abría el grifo para comenzar a lavar. Lorenzo prácticamente corrió a su habitación. — ¿Yo también puedo ir?.— me preguntó Camila acercándose a mi. — No bebé, aún no conocemos la ciudad y es peligroso para alguien tan pequeño como tú. — respondió Juls acercándose a nosotras. Camila me miró haciendo puchero. — Juls tiene razón, y además debes quedarte a hacerle compañía así no se queda ella solita.— dije mirándola. — Es verdad, ¿pero igual me traerás lo que dijiste en la mesa?.— preguntó Camila susurrando y guiñando el ojo como si Juliana no podría verla. Reí ante su inocencia. — Claro que si.— respondí yo también susurrando ignorando a Juls. Camila se fue feliz pegando saltitos. — Disciplina, leí libros sobre eso. Mira y aprende.— comenzó a decir Juliana a mis espaldas mientras reía imitándome. — No se de que hablas. — respondí mientras secaba lo que había lavado. Juls me abrazó por la espalda, seque mis manos y la puse sobre las de ellas. — Serias tan buena madre, mira lo bien que te llevas con ellos.— dijo a mis espaldas. Guarde silencio pues no sabía que decir, me halagaba que lo piense pero no creía que fuera así, no me veía como madre si como una hermana mayor o una amiga de ellos. Acaricie su brazo en silencio. — Ten mucho cuidado.— dijo Juls quien se había vuelto muy protectora con todos nosotros. Y nadie podría culparla luego de todo lo que pasamos era normal. — Claro amor lo tendré.— respondí sin dejar de acariciar su piel, su suave piel. — Vamos Valen. — dijo Lorenzo quién hasta se había peinado. —Claro solo espera que busque las llaves.— respondí. — Aquí es Valentina y puedes llamarla así, pero recuerda afuera debes llamarla Macarena. Es importante.— dijo Juls mirándolo. Como dije ella se había vuelto muy precavida con mucha razón. — Lo sé.—  respondió él mirándose en el espejo. Tomé las llaves y luego de una gran despedida como si nos iríamos de viaje pudimos irnos. Conduje hacia el centro de la cuidad donde estaba " El Rey Tabla", que según había visto en Internet el tenía el mejor local. — Baja tú y ve mirando mientras estaciono si quieres.— dije frenando en la puerta, Lorenzo bajo muy emocionado si quiera me respondió y entró al local.

editor-pick
Dreame-Editor's pick

bc

Seduciendo a Lucifer

read
63.8K
bc

(+18) Sweet Candy - SEX HARD 1

read
191.7K
bc

La guardaespaldas

read
53.1K
bc

Relatos +18❤

read
710.8K
bc

(+18) 40 Días de Sexo - Quédate en Casa

read
191.4K
bc

Deseos Sexuales [+18]

read
605.2K
bc

SUMISA POR ACCIDENTE

read
352.9K

Scan code to download app

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook